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362 MANUEL LÁZARO PULIDO esencial, él (Dios Bien) extiende su bondad a todo ser»14. Buena­ ventura conocía, sin duda, los escritos de Felipe el Canciller 15, Gui­ llaume d’Auxerre 16 y Guillaume d’Auvergne 17. Pero Buenaventura toma contacto con este axioma, sobre todo, de la mano de Alejan­ dro de Hales 18. El axioma de la difusión del bien en Buenaventura cristianiza la idea platónica de la difusión del bien, inherente a su propia naturale­ za 19. Buenaventura toma ad sensum 20 la idea dionisiana de la difusión del bien, pero esencialmente modificada. En este sentido, el P. Bouge- rol afirma: «La difusión del Bien en Dios no es necesaria en el sentido en que Dios siendo el Bien, el Bien se difunde sin que Dios lo quiera, sino en el sentido en el que Dios, siendo soberanamente fecundo y fuente, su Bondad soberana se expande como su Sabiduría y su Poten­ cia«21. Esta modificación supone el abandono de los perfiles ahistóricos y esencialistas, en beneficio de una concepción de la difusión más his­ tórica y personalista (características de toda teología trinitaria). 14 Pseudo-Dionisio, De divinis nominibus, c.4, n .l, 693b, 94. Cf. De coelesti hierarchia, c.4, n. 1, 177c, 199. J. Peghaire en cu en tra en este texto el origen del axiom a, también muestra que Plotino es, antes que Dionisio, el responsable último de esta expresión, si bien es de Dionisio de quien los m edievales toman el axiom a. Cf. J. Peghaire, o . c ., 11. 15 Cf. Felipe el C anciller , Summa de bono, d.l, q.l, coll.l, líneas 26-33- * De ver- bis beati Dionysii, in libro de Divinis Nominibus, in principio tractatus de bono, potest haec extrahi: Bonum est multiplicativum aut diffusivum esse» (Ib., q.l, ed. Wicki, Brene 1985, 19-20). Texto citado por D. H. P ouillon , «Le premier traité des propiétés transcendentales: la Summa de bono du Chanciller Philippe», en Rétme néoscolastique de philosophie, 42 (1939) 44-45. 16 Cf. Guillaume D ’A uxerre , Summa aurea, 1.2, tract. 8, q.9, a.2, líneas 25-26, 215; tract. 8, q.9, a.3 sol., líneas 30-31, 221. 17 Guillaume D ’A uvergne , De Universo, t.2, 2 partie, p. 2, c.120, ed. Venecia 1591, fol. 9l4f. 18 Hasta 14 citas explícitas según J. G. Bougerol, o . c ., 83. 19 P lotino , Ennéades III, 2, 2. P. Chenu subraya que esta diferencia existe ya entre Dionisio y Plotino: «Allí, donde Dionisio rompe con Proclus y reencuentra el Dios-Persona del cristianismo, es por una justa concepción de la transcendencia impar­ ticipable del principio supremo... Bonum diffusivum sui, el axioma latino testimonia en todas partes la influencia de Dionisio. Influencia decididamente cristiana, pues la gracia preside a ésta» (P. C henu , La théologie au douzième siècle, Paris 1957, 132). 20 Esta afirmación se encuentra ya en los editores de Quaracchi, I Sent., nota 6: I, 804. 21 J. G. B ougerol , o. c., 104.

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