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EL CONCEPTO DEL BIEN SEGÚN BUENAVENTURA 361 teológico encuentra su fundamento al interior de la analogía de la fe 10, y tiene como objeto, partiendo de los artículos de la fe, expli- citar las conclusiones teológicas que se derivan de los mismos artí­ culos y las hacen inteligibles 11. Esta argumentación, ya utilizada por Orígenes y Agustín y explo­ tado por Abelardo, Anselmo y Richard de San Víctor, es muy valo­ rizada por los pensadores franciscanos puesto que responde a su concepción teológica, y más atenuada en Tomás de Aquino que da a estas razones necesarias el valor de «manifestaciones»12. En el Itinerarium , Buenaventura, utiliza más la reducción, que, como ya vimos, impulsa el camino pasivo. Utilizará el argumento de razones necesarias aplicándolas a la idea de Bien, y eso aparece diáfanamente en su explicación de la comunicación del Bien: un Bien perfecto que no se comunicara sería contradictorio. 1. BONUM D1FFUSIVUM 56713 Esta fórmula encuentra su origen en el Pseudo-Dionisio, en su obra De divin is nom inibus, cuando afirma que «en cuanto que Bien 10 La escolástica da a este razonamiento el nombre de modus inquisitorius sive perscrutatorius (I Sent., proem. q.2, concl.: 1, 10b; Brevil., prol.: V, 201a-202b); cf., Th. SOIRON, «Vom Geist der Theologie Bonaventuras», en Wissenchaft und Weis- cheit, 1 (1934) 24-38; G. S oh ngen , «Bonaventura als klassiker der analogía fidei», en Wissenchaff und Weisebeit, 2 (1935) 97-111. 11 I Sent., proem. q.l, concl.: I, 8a; Ib., proem., dub2: I, 23a; III Sent., d. 24, a.2, q.2, f.4: III, 520a. Cf. J. F. B o n n efo y , «Grandeur et décadence de la conclusion théologique», en Franziscanische Studien, 33 (1957) 126-148. 12 J. G. B ougerol , Introduction à S. Bonaventure, Paris 1988, 124. Cf. M. D. C henu , Introduction à l’étude de Saint Thomas d ’Aquin, Paris 21954, 156-158. 13 Cf. J. M. W alsh , The Principie «Bonum diffusivum sui» in St. Bonaventure: its Meaning and importance, Nueva York 1958; J. G. B ougerol , «Diffusio», en o. c., 54; L. M athieu , La trinité créatrice d ’après saint Bonaventure, Paris 1992, 22-36; I d ., «Intro­ duction», en Breviloquium. Il Le monde créature de Dieu, Paris 1966, 10-13; T. de R eg ­ non, Études de théologie positive surla Trinité, vol. 2, Paris 1892; T. S zabo , De SS. Trini- tate in creaturis refulgente doctrina S. Bonaventurae, Roma 1955. Este axioma fue utilizado por otros autores, pero con otras características. Cf. J. P eghaire , «L’axiome “Bonum diffusivum sui” dans le néoplatonisme et le thomisme», en Revue de l’Universi­ té d ’Ottawa, 2 (1932) n.° spécial, 5-32; J. P. J ossua , «L’axiome “Bonum diffusivum sui” chez Saint Thomas d’Aquin», en Recherches de science religieuse, 40 (1966) 125-137.

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