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356 BERNARDINO DE ARMELLADA VII. DIMENSIÓN ESPIRITUAL-MÍSTICA DE LA DOGMÁTICA DE BARBIERI Hans Urs Von Balthasar, lamentando la separación o abismo abierto entre la teología dogmática y la espiritual o mística, conside­ ra tal escisión, iniciada ya en la primera mitad del siglo xiv, como una auténtica tragedia en la historia de la Iglesia41. Justamente Barbieri parece que quiere superar ese distancia- miento con observaciones, que a veces son todo un apartado que califica de «appendix mystica>*. Dice al terminar esta cuestión de la naturalidad del fin sobrenatural: «De todo lo dicho hasta aquí le es muy fácil a quien ama a Dios pasar de la discusión escolástica a una consideración mística: Es un hecho que todos aspiramos a la felici­ dad: Sin embargo, muchos se engañan en este punto, ya que sitúan la felicidad en las riquezas, o en los honores, o en los placeres car­ nales, sin que en todo esto encuentren lo que realmente desean y buscan, tropezando más bien con miserias y calamidades. La reali­ dad es que sólo en Dios se halla nuestro fin último y nuestro bien sumo, en el cual se sacia plenamente el alma, viendo cumplida en ello su capacidad ilimitada. Por tanto, es bien que tendamos a esta sola bienaventuranza, posponiendo todas las cosas terrenas» 42. Y remite al capítulo cuarto del opúsculo bonaventuriano Soliloquio, donde el Doctor Seráfico enseña «cómo por el ejercicio mental debe el alma volver el rayo de la consideración sobre las cosas superiores, para ver los doce gozos del cielo nacidos de la contemplación de las 41 H. U rs vo n B a lth a sa r , «Discurso con motivo de la recepción del «Premio Pablo VI», en Communio (ed. española) 4 (1988) 290: «Después de haber mostrado el carácter único de Cristo en relación con todas las religiones..., insisto sobre la inseparabilidad de teología y espiritualidad; su división ha sido indudablemente el peor desastre acaecido en las historia de la Iglesia». 42 Cursus theologicus, pars I, disp. 1, q. 1, n. 96; p. 42a: «Ex supra traditis pro­ clive valde, est diligenti Deum transire a scholastica concertatione ad mysticam con- siderationem; Cum enim omnes naturaliter appetant beatitudinem, multi tamen in hoc decipiuntur, quia ipsam collocant vel in divitiis, vel in honoribus, vel in volupta- tibus carnalibus, in quibus non solum non inveniunt quod desiderant, et quaerunt, sed potius miserias et calamitates, quia in solo Deo nostro ultimo fine et summo bono invenitur, in quo anima piene satiatur, eiusque interminata capacitas repletur; ad hanc igitur solam tendamus acquirendam beatitudinem postpositis omnibus rebus terrenis. De quo vide S. Bon. in Solil., cap. 4

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