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262 FRANCISCO DE ASÍS CHAVERO BLANCO determinación que unos principios metafísicos impongan, sino por una lectura de la historia de la salvación. La finalidad de la crea­ ción, ordenada a la gloria de Dios es una profecía en la que Dios expresa su designio salvífico sobre la historia. En la creación, la historia del mundo está fundamentalmente dicha, pero sólo al final quedará definitivamente revelada, así el eschaton puede conside­ rarse como un principio interpretativo de la realidad creada. El acto creador revela el com ienzo y el final de la creación, que es ya salvación prometida desde el primer día. Buenaventura, como todos los autores medievales, es consciente de que hay un aconte­ cimiento final al que toda la historia anterior se ordena y del que data el comienzo de una nueva era: la encarnación. La Edad Media tenía su propia filosofía de la historia 22 y fraguó una auténtica teo­ logía de la historia desde perspectivas muy diversas 23. ¿Cuál es el sentido que tiene el concepto de historia aplicado al concepto teológico de creación? San Buenaventura soluciona el problema de las relaciones entre el Bien y la creación. La causali­ dad se atribuye a la voluntad divina, porque la bondad es el moti­ vo de la creación como causa efectiva y causa final. La eficiencia no se pone en acto sino es movida por un fin. Unir ambos es la obra de la voluntad en cuanto que ésta es un acto por el que el bien reflexiona, por esta razón es la voluntad causa próxima de las cosas en cuanto que une al principio efectivo con el fin. La 22 Cf. E. G ilso n , Vesprit de la philosophie médiévale, Paris 21924, 366-367; para el conjunto de la filosofía de la historia en la Edad Media, cf. A. D em p f, Sacrum Imperium. La filosofía della storia e dello stato nel Medioevo e nella rinascenza política, Firinze 1988 (reproducción de la edición de 1933). 23 Perspectivas diversas son las ofrecidas por Joaquín d e Fiore y san Buenaven­ tura, cf. E. Rivera d e Ventosa, «Tres visiones de la historia: Joaquín de Fiore, san Buenaventura y Hegel», en Mise. Franc., 75 (1975) 779-808; SBM I, 779-808; al mar­ gen, y con independencia de Joaquín de Fiore, la Edad Media conoce otra línea de comprensión de la historia, que sin ninguna relación con escatologismo de ningún género explica trinitariamente la historia: la corriente que arranca de la patrística griega a la que se incorpora san Buenaventura. Cf. O. González, Misterio Trinita­ rio..., 621. Habría que valorar suficientemente la crítica que la teología escolástica hizo al pensamiento de Joaquín de Fiore, que a mi juicio ayudaría a una compren­ sión más exacta de este problema. Son de interés algunas aportaciones al tema, como B. Me Ginn, The calabrian Ábbot. Joachim of Fiore in the History of Western Thought , New York-London 1985, 207-234.

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