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ANTROPOLOGÍA Y ESCATOLOGÌA 325 corresponden a los momentos centrales de la historia de la salva­ ción: creación, redención, consumación, cuyo correspondiente en el orden antropológico son imagen, gracia, deiformidad 24°. Todo ello sugiere que la expresión forma beatificabilis viene a dar una con­ cepción del hombre que sólo en clave de futuro puede ser leída, porque el mismo concepto de capacitas Dei indica una ausencia de plenitud a la que sigue la plenitud total. Esta visión del hombre reclama el horizonte escatológico como clave de comprensión, dado que el problema fundamental de la metafísica bonaventuriana gira a los ejes ya mencionados, y de este esquema se puede decir que la antropología es una concreción. La misma expresión forma beatificabilis realmente traduce la dimensión de apertura del hombre al misterio, que si de alguna manera ya es poseído por el hombre, es, al mismo tiempo, una rea­ lidad no poseída en plenitud. La expresión viene realmente a pre­ sentar el carácter de futuridad que el hombre tiene. Dice lo que el hombre es y lo que el hombre está llamado a ser. La bienaventuran­ za está realmente dentro del horizonte de lo humano, presentarla como objeto de un deseo del hombre, equivale a presentarla como la dimensión de futuridad que el hombre tiene. Como deseo radical del hombre, viene a ser su verdadero futuro, que le es natural, como natural le es el hecho de estar creado a imagen y semejanza de Dios. Los esquemas metafísicos, pero que en realidad no significan otra cosa que la conceptualización de los planes histórico-salvíficos de Dios, son el hilo conductor de esta antropología, que presentan al hombre abierto a ser consumado en Dios. La relectura que puede hacerse de las fórmulas bonaventurianas es precisamente coinciden­ te en la expresión del hombre, como ser abierto al futuro. La gama inmensa de preguntas que sobre el hombre pudieran ser formuladas quedan reducidas a dos, que por sí mismas son pre­ guntas radicales e inseparables, y cuyo sentido está en mutua depen­ dencia: ¿Quién es el hombre?, ¿qué va ser de él?241. La articulación de las dos preguntas es un tema decisivo en una concepción tanto metafísica como teológica del hombre, y creo que desde la perspec- 240 Cf. He: t., 21, 17 (V, 434). 241 Estas dos preguntas son las que centran la reflexión antropológica de J. M arías , Antropología metafísica, Madrid 21983, 44.

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