PS_NyG_1998v045n002p0255_0389

ANTROPOLOGÍA Y ESCATOLOGÌA 321 Las fórmulas im ago Dei y f o r m a b e a tifica b ilis son realmente equivalentes y la segunda llega a constituir el centro mismo de la antropología teológica del B reviloqu ium . En esta obra, el tratado de antropología teológica está perfectamente estructurado como un tratado de Dios creador que conforma al hombre con él y al mismo tiempo se le da como fin. Y el fin al que el hombre es destinado es la razón última de su capacidad y de la signación con la imagen y semejanza divinas 225. Previa a toda concepción del hombre, como forma beatificabilis, es la concepción de Dios, como principio bene­ volentísimo y bienaventurado. La concepción del hombre viene posibilitada 226. Y ambas pueden ser leídas desde diversas claves que permitan una formulación del problema del hombre y del problema de Dios como problemas en mutua correspondencia y entre sí per­ fectamente armonizables. Pero si se ha de elegir una clave de lectura, la más adecuada en el campo en que se están moviendo estas páginas es la clave de futuro, que no puede nunca ser entendida como una categoría espacial o temporal, sino como una dimensión de la existencia humana y, al mismo tiempo como una dimensión del ser Dios. San Buenaventura es consciente de que el problema del hombre, como un apartado de la teología de la creación sólo puede ser tratado por la teología en cuanto que es un problema esencial­ mente salvífico. El interés de la teología de la creación no radica en un punto de vista negativo, como puede ser el tema de la eter­ nidad del mundo, sino en fidelidad a los datos de la Escritura, por ello la teología de lo creado, aunque articulada en tres principios, de los cuales podría responder perfectamente una filosofía natu­ ral, se esfuerce realmente en demostrar que la creatura es effectus Trinitatis bajo el esquema de la triple causalidad 227, que viene, en realidad, a mostrar que la obra de Dios es un drama en tres actos, en los cuales aparece un único destino salvífico. Aquí el orden de las causas, de una forma u otra, viene a mostrar las rela- 225 «Quia facta est ad participandam beatitudinem, quae consistit in summo bono, facta est capax Dei, et ita ad ipsius imaginem et similitudinem», 2 Sent d 19 a 1 q 1 concl. (II, 460). 226 Cf. Brev., 2, 9, 2 (V, 226). 227 Cf. Brev., 2, 1, 1 (V, 219).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz