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ANTROPOLOGÍA Y ESCATOLOGÌA 289 roniana summo bono fru i, cuyo equivalente es la virtud, el gozo de la propia perfección moral, el concepto ha sido transportado por Agustín a una clave distinta, desde las claves del platonismo ploti- niano, summum bonum ha adquirido una significación transcen­ dente. ¿No había dicho Plotino que nada hay mas elevado para el hombre que la contemplación de las cosas divinas y que en esta vida contemplativa las virtudes alcanza su cima hasta llegar a la a p a tb e ia ? " El concepto estoico que realmente Agustín transforma es el concepto de honestum , que ha perdido su original significa­ ción de ser fruto de una actividad humana, para devenir un concep­ to transcendente. El Summum Bonum es Dios mismo y la contem­ plación de las cosas divinas es el verdadero Deo fru i, aunque evidentemente el D eo fr u i si en el pensamiento neoplatónico no podía desgajarse de la vida diaria, en Agustín tiene igualmente una repercusión ética: la íntima vinculación con la vida virtuosa 10°. Éste el significado que tienen en el De d o c trin a ch ristian a los largos comentarios que Agustín ha dedicado al mandato cristiano del amor. Estas ideas pueden ser puestas en relación con el centro mismo de la antropología agustiniana. Si Dios es presentado como el bien del hombre, y el Deo fr u i es el gozar de su bondad, el fructus bonitatis e iu s 101, la cima de la vida cristiana viene a ser, en definitiva, la actitud receptiva que consiste en ser colmados de la bondad de Dios, que viene a coincidir con la significación que Agustín ha dado a la expre­ sión c a p a x Dei, con la que puede caracterizarse toda su teoría del hombre imagen de Dios. Agustín vuelve a su propio pensamiento en el libro XIX del De Civitate Dei, con la discusión de las doctrinas filosóficas sobre los fines de los buenos y de los malos, cuya clave de lectura son los dos reinos o la civitas Dei y la civitas terrena. San Agustín ofrece un inventario de las doctrinas filosóficas por él conocidas dejando enten­ der que los filósofos han podido intuir, aunque de forma oscura y lógicamente condicionada por sus propias facultades naturales, la 99 Cf. P lotino, Enéadas, 1, 2, 7. 100 Cf. S an A gustín , De doctrina christiana, 1, 22, 21 (PL 34, 26-27). 101 «... a fructu bonitatis eius; quod est, ut brevi explicem, beata vita. Ibi enim est sedes veritatis, cujus contemplationis perfruentes, eique penitus adherentes, pro- cul dubio beati sumus», S an A gustín , De moribus, 1, 19, 35 (PL 32, 1326).

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