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288 FRANCISCO DE ASÍS CHAVERO BLANCO que es una decisión moral a la ley moral. La ética ciceroniana valo­ ra el concep to de ordo, que viene a ser como un criterio moral dentro de la acción del hombre, porque el hombre puede hacer suyas las cosas que son conforme a su naturaleza, pero el concep­ to de ordo será el que marque la moralidad de la acción. La mora­ lidad se convierte en el bien supremos del hombre, el único bien que por su esencia y por su propia dignidad tiene que ser busca­ do, por eso algunas de las tendencias primitivas de la naturaleza no han de ser buscadas por ellas mismas 97. Si obrar conforme a la naturaleza es el principio rector de la moral estoica, el concepto de physis tiene en esta filosofía una doble significación: el cosmos y la naturaleza individual de cada hombre, aunque entre las dos nociones existan vínculos innegables. El telos será siempre identificable con el vivir en conformidad y de acuerdo con la naturaleza. El congruenter naturae convenienterque vivere de Cicerón 98, que traduce la fórmula estoica homologoumenos te physei zsén. Al fondo de las reflexiones de san Agustín está el pensamiento estoico, pero es ya un pensamiento transformado desde las pers­ pectivas que ofrece la fe cristiana. El uti en el pensamiento de san Agustín adquiere relevancia y significación por moral por su refe­ rencia al frui. Los utilia nunca pueden ser en sí mismos virtud ni tener carácter moral, nada más que en conformidad con una norma absoluta. Si el pensamiento de Agustín es situado en su verdadero contexto, en realidad es la mente de un teólogo la que encontra­ mos que se sirve de categorías y esquemas filosóficos para ponerlos al servicio de la fe cristiana. Si en Agustín pervive la expresión cice- 97 «Prima est enim conciliatio hominis ad ea quae sunt secundum naturam. Simul autem cepit intelligentiam vel notionem potius, quam appelant ennoian iJli, viditque rerum agendarum ordinem et, ut ita dicam, concordiam, multo earn pluris aestimavit quam omnia ilia, quae prima dixerat, atque ita cognitione et ratione colle­ gia ut statueret in eo collocatum summum illud hominis per se laudandum et expe- tendunt bonum, quod cum positum sit in eo, quod homologian Stoici, nos appelle- mus convenientiam, si placet, cum igitur in eo sit id bonum, quo omnia referenda sint, honeste facta ipsumque honestum, quod solum in bonis dicitur, quamquam post oritur, tamen id solum via sua et dignitate expetendum est; eorum autem, quae sunt prima naturae, propter se nihil est expetendum», C icerón , De finibus, 3, 6, 21. 98 Cicerón, De finibus, 3, 7, 26.

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