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280 FRANCISCO DE ASÍS CHAVERO BLANCO aspiraciones humanas 74. Aristóteles ha organizado de una forma rigu­ rosamente sistemática toda la ética desde este concepto, que es un principio supremo. Las primeras proposiciones de la ética a Nicómaco presentan la actividad humana, como dirigida a un bien, a un telos 75. La actividad humana puede tener un fin deseado por sí mismo, mien­ tras que todo otro bien es deseado es deseado en vista a este. Este fin es el que debe ser considerado como el bien propiamente dicho, el bien supremo, que es identificado con la vida dichosa — eudaimo­ nía —, que es lo único que puede ser buscado como fin 76. ¿Que encierra este concepto aristotélico? Si en Aristóteles encontramos una crítica al pensamiento de Platón por haber pen­ sado la idea del bien como una idea transcendente al hombre dota­ da de una existencia autónoma y absoluta, la misma idea de bien no puede ser buscada fuera del hombre, sino algo que es inma­ nente al hombre mismo. El telos, de acuerdo con la teoría aristo­ télica de la prioridad del acto sobre la potencia, será siempre el fruto del ejercicio de las facultades del alma. El telos está en la energeía 11 . La eudaimonía , será siempre el fruto de una energeía katá lógon o meta lógou, es decir, el ejercicio activo de las facul­ tades del alma en consonancia con la razón. El telos del hombre no puede más que estar en el ejercicio de la virtud más perfecta, es decir en la sabiduría, cuya práctica constituye la eudaimonía y el telos del hombre. La relación entre eudemonía y sophia será la de potencia y acto. Aristóteles ha situado la eudaimonía en una perspectiva intelectualista, muy propia de su concepción de las vir­ tudes dianoéticas. Pero el concepto aristotélico de telos no puede decirse que sea sólo pensado como algo humano inminente, corres­ pondiente a la propia actividad natural del hombre. Si ha criticado la concepción platónica de las ideas situadas fuera del hombre, sin embargo dentro de una concepción de la felicidad se puede decir que la sitúa en una doble perspectiva, como don de la divinidad y al mismo tiempo como el resultado del esfuerzo humano 78; 74 Cf. A ristóteles , 1 Ethicorum, 1. 75 Cf. A ristóteles , Éticaa Nicómaco, 1,1. 76 Cf. A ristóteles , Éticaa Nicómaco, 1, 2 ; 10, 9. 77 Cf. A ristóteles , Éticaa Nicómaco, 1, 1; 10, 6. 78 Cf. A ristóteles , Éticaa Nicómaco, 1, 7.

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