PS_NyG_1998v045n002p0255_0389

272 FRANCISCO DE ASÍS CHAVERO BLANCO La impostación dada al tema escatológico, guarda una serie de paralelos, no sólo ideológicos, sino incluso literales, con el tema de la creación. El principio estructurador de los dos tratados es la misma noción de Dios, como ens a se, secundum se et propter se. De hecho, este principio es aducido en toda la obra, como si qui­ siera indicar con él, que la razón última de la economía de la salva­ ción no depende de ninguna contingencia histórica, sino exclusiva­ mente de Dios. Este modo de sistematizar las acciones salvíficas de Dios en la historia pudiéramos decir que es una categoría intencio­ nal dentro del pensamiento de san Buenaventura. La razón de la existencia del mundo y de su consumación escatológica sólo reside en Dios y, en este sentido, el principio de la triple causalidad, adu­ cido como esquema conceptual, es un modo de articular la acción de Dios a lo largo de la historia. Entre los materiales teológicos que Buenaventura ofrece habría que hacer una clara distinción: los que describen las llamadas postri­ merías del hombre, es decir, las situaciones existenciales que pueden suceder al juicio divino, que por otra parte, no pueden entenderse más que como situaciones derivadas de las opciones de la voluntad del hombre y aquellas, que aunque consecuentes a las opciones morales del hombre, responden a la constitución fundamental de éste, es decir, a su constitución de imagen de Dios o forma beatifica- ble. Al conjunto de las que se pueden llamar realidades últimas, paru- sía, juicio, reprobación, resurrección, consumación del mundo por el fuego, le ha prestado atención y le ha dado un tratamiento exhausti­ vo la obra de H. Stoevesandt54. Para el propósito de estas páginas el tema de capital interés es el de la bienaventuranza, entendida ésta, como el fin al que el hom­ bre se ordena. El hombre es capaz de Dios y sólo en la bienaventu­ ranza puede alcanzar su perfección. La participación en la vida de Dios viene a constituir íntima aspiración y la presencia de Dios en él es el presupuesto que la posibilita. ipsum, hoc ipso ipsum est efficiens, forma et finis, universa producens, regens et perficiens; ita quod, sicut producit secundum altitudinem suae virtutis, sic etiam régit secundum rectitudinem veritatis et consumât secundum plenitudinem bonitatis», Brev., 7, 1, 2 (V, 281). 54 Cf. H. S toevesandt . Die letzten Dirige..., parte II per totam.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz