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268 FRANCISCO DE ASÍS CHAVERO BLANCO taciones de Dios que revelan unas acciones salvíficas. Dios, como principio reparador, sólo podrá ser conocido si antes se le conoce como principio creador. Las dos acciones salvíficas están descritas en la Escritura, en cuanto que ésta nos lleva a su conocimiento, cua­ lificado como cognitio sublimis et salutaris44. Como tal el tratado no es una descripción que pudiera ser incluida en el campo de las ciencias naturales, sino que trata de Dios mismo 45. En este sentido, la creación viene a constituir una revelación divina, en cuanto que el ordo naturae , el ordo sapien- tiae y el ordo bonitatis del Primer Principio son los que regulan el orden de la creación46. La Escritura como scientia salutaris sólo trata de la creación en vistas a la obra redentora 47. En este sentido, la creación puede ser considerada como el primer acto de un único drama que es la his­ toria de la salvación. La creación es una auto-revelación de Dios y al mismo tiempo una profecía en la que Dios revela su designio sobre la historia humana, que ya no puede ser alterada. En el tiem­ po de la creación, la historia ha sido ya misteriosamente diseñada y sólo en su consumación quedará definitivamente clarificada. La articulación de la historia de la salvación en tres momen­ tos, creación, redención, consumación escatológica, no significa que estos momentos puedan ser yuxtapuestos. La creación es la primera expresión, el primer acto del drama de la salvación, que está orientada hacia el fin de la sexta edad y también se caracteri­ za por la idea del progreso. Mira al crecimiento del hombre y a su salvación. Acoplada al ritmo de la revelación, es la progresiva actualización de la economía salvífica en el tiempo. Una de las ideas centrales es la idea de desarrollo, junto a la que hay que poner la de consumación. La pregunta que aquí hay que proponer a la teología de san Buenaventura es la relativa a las relaciones que pudieran establecer- 44 Cf. Brev., 2, 5, 2 (V, 222). 45 Cf. Brev., 2, 5, 3 (V, 222). 46 Cf. Brev., 2, 5, 4-7 (V, 222-223). 47 «Quia ipsa est scientia salutaris, ideo non determinat de opere conditionis nisi propter opus reparationis», Brev., 2, 5, 8 (V. 223).

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