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EL CONCEPTO DEL BIEN SEGÚN BUENAVENTURA 367 El Doctor franciscano utiliza aquí, ya dijimos, la formulación ontológica anselmiana aplicada al Bien. Efectivamente, Anselmo en el M onologion había escrito: «Quod est summ e bonum , est etiam sume m agnum »^1. Pero, en su argumentación a propósito del Bien, de inspiración anselmiana, opera un cambio netamente indicado, por otra parte, por H. Duméry: «Se observará que san Buenaventura sustituye el punto de vista cualitativo (nada mejor) por él punto de vista cualitativo de san Anselmo (nada más grande). Los dos len­ guajes se encuentran: Dios es, a la vez, lo perfecto y lo insuperable. Pero, parece preferible tomar apoyo en los órdenes de perfección mejor que en los órdenes de grandeza» 38. Este cambio no es sólo preferible, sino esencial, pues introduce una diferencia absoluta, cualitativa, de orden, en el Bien de Dios, lo que le convierte en absolutamente diferente del bien en la creatura. Recordemos que el bien de la creatura aparece como bien participado. Esta diferen­ cia esencial del soberano Bien en Dios le confiere un estatuto meta- físico equivalente al Ser. La correlación que se establece entre el Ser y el Bien en Dios, integrando las interpretaciones agustinianas y dio- nisianas (ejemplarismo y difusión), hace que el Bien se libere del peligro del emanacionismo y el ser quede dinamizado hacia el ente creatural. Como escribe C. Gneo: «que el Ser se difunda en el ser porque el ser es amor, en san Buenaventura es el presupuesto fun­ damental para resolver el problema del ser»39. El P. Rivera de Ventosa dice: «Concluimos resumiendo nuestro estudio en dos frases de corte lapidario: Según el Doctor Seráfico, «Dios es bueno» y por eso se da y se comunica; pero ante todo, Dios es el qu e es»A0. Pero, también, es Bien, es decir, que la esencia de Dios es el amor, Dios es el Ser-Amor-Bien. Más aún, el Bien de Dios, que se difunde en la creatura, es el medio privilegiado de la con­ templación que nos muestra el «Dios que es». El Bien soberano de Dios —de hecho, el bien existente como tal— tiene un estatuto 37 A n selm o , Monologium, c.l, PL 158 146. 38 H. D u m er y , nota 1, en B uen aven tura , L’Itinéraire de Vesprit vers Dieu, texto de la edición de Quaracchi, traducción y notas de H. Dumery, Paris, 7.a edición 1994, 93. 39 C. G n e o , «L’essere corne amore», en J. G . B o u g er o l (éd.), S. Bonaventura, 1274-1974, vol. 3, Grottaferrata 1973, 103. 40 E. R iv e ra d e V e n to s a , o . c ., 38.

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