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366 MANUEL LÁZARO PULIDO 2. EL ESTATUTO METAFÌSICO DEL BIEN: ONTO-TEOLOGÍA DEL BIEN Acabamos de ver, siguiendo la definición de Buenaventura, que lo propio del Bien es el ser difusivo de sí. Esta comunicación y difu­ sión identifican el Bien a Dios. Identificación que acarrea repercu­ siones sobre el concepto mismo de Bien y le confiere un estatuto metafisico determinado. Podríamos, pues, hablar de ontoteología, pero este término tiene el riesgo de ser identificado únicamente a la crítica metafísica operada por Heidegger. Pienso que puede emple­ arse otra significación de ontoteología que subrayaría el contexto histórico determinado en el que se desarrolla en buenaventura el concepto de Bien. Esto nos permite cuestionarnos el saber si dicho concepto tiene, en sí, una significación que sería, a la vez, metafisico y teológico y, en este caso, cuál sería el papel de estos dos campos en la formación y explicación de dicho concepto. Nos encontramos, entonces, confrontados a la cuestión de la onto-teolo­ g ía 54. El estudio de este aspecto histórico nos puede ayudar a ver mejor su conexión con la problemática heideggeriana, que yo desig­ naré aquí arbitrariamente con la expresión de onto-teo-logía. Este distingo se revela particularmente importante para un autor como Buenaventura cuya obra está fuertemente enraizada en los modos de pensamiento de su época. Así, la cuestión sobre la onto-teología del bien es paralela a la del estatuto metafisico que se le confiera. Ello nos permitirá anali­ zar, sin complejos, el bien como concepto. Por un lado, la definición de san Juan: «Dios es Amor», revela la claridad del ser en relación con la realidad creada, y ella indi­ ca «la naturaleza de Dios tal como se nos comunica» 35. Por otra parte, el soberano Bien se define como soberana difusión 36.Bien- Amor y Dios se presentan como idénticos; identificación que encuentra su origen en la comunicación intrínseca, y por este moti­ vo la difusión es efectiva, pues nace de la voluntad divina. 34 En este sentido, Dominique Dubarle habla de una ontologia teológica en Agustín. Cf. D . D ubarle , Dieu avec l’Être, Paris 1986, 171-258. 35 A. M oraldi , Dio è Amore, Roma 1954, 99. 36 Itin., 6, 2: V, 310b.

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