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I.L PATRIMONIO ESPIRITUAL DE LOS HERMANOS.. 249 presentación de la penitencia no sólo como cruz y austeridad sino también y sobre todo como Misterio de Amor y Esperanza de Resu­ rrección, faito del empeño de fidelidad a la propia vocación, con su carisma y vocación específicos y en fuerza y gracia del don del Espí­ ritu, que ayuda a descubrir que el camino de conversión y peniten­ cia es plenitud de verdad, de belleza y gozo en el Señor. El capítulo octavo, «Régimen de la Orden o Fraternidad», es un capítulo abundante en normativa y un poco escaso en doctrina acerca de la función de servicio del superior. Esta doctrina se deja para el capí­ tulo décimo. La normativa y sus concreciones, no suficientemente expe­ rimentadas, responden a criterios abiertos que presentan la autoridad como servicio en comunión, corresponsabilidad e incluso en colegiali- dad, no tanto legal cuanto teológica, en concreto humano-espiritual. El análisis de este capítulo resulta, además de complejo, algo difícil de realizar y más de valorarse; se echa en falta una clara dis­ tinción entre las materias que requieren un tratamiento con necesi­ dad de cierta permanencia y aquellos detalles y particulares dejados a la experimentación y continuada acomodación. Se conservan las estructuras traiciónales: provincias, viceprovin­ cias y misiones o custodias; se advierte la falta de precisión y dina- mización en la descripción y presentación de los cargos u oficios, llamados también servicios; se aprecia el deseo y esfuerzo por una superación terminológica. Son evidentes los esfuerzos realizados para aclarar la distinción entre la función de servicio o gobierno y la de consejo, aunque, a veces, no se logre dar con las formulaciones pre­ cisas en los temas de corresponsabilidad, comunión y colegialidad. Se advierte el empeño por abrir cauces a la presencia y representa- tividad de los religiosos en la diversidad de encuentros y capítulos, a partir ya de los locales o simples reuniones de grupo y terminando con los de carácter más general, como pueden ser los Consejos Ple- narios, las asambleas de la Orden o provinciales, etc. En conformidad con las disposiciones del Derecho Universal se reglamenta esa expresión de colegialidad que puede ser la constitu­ ción de las conferencias de superiores mayores. El capítulo noveno , «Vida apostólica de los Hermanos», presen­ ta las actitudes pastorales ejercidas en el pasado, todas válidas, pero necesitadas de unas versiones más actualizadas y, desde luego, más de acuerdo con las perspectivas y retos de la nueva evangelización,

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