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REFLEXIÓN INICIAL SOBRE LA GRACIA 147 5. EL PROCESO DE LA GRATUIDAD MISERICORDIOSA Es oportuna una visión sinóptica de este proceso del Amor Ori­ ginal originante hasta el amor originado, pasando por el amor dege­ nerado de nuestra pecaminosidad. Cuando digo c r e a c ió n , me refiero al acto de pasar de la nada a la existencia creatural de las personas humanas. La creación no es un acto instantáneo inicial; es un acto continuado e histórico. En cada fracción de tiempo yo estoy pasando de la nada a la vida. La crea­ ción tiene una densidad diacronica y sincrónica. El acto creativo por parte de Dios es el mismo en el primer minuto, y en todos los minu­ tos de mi vida. Superar la distinción tradicional entre creación y con­ servación. La conservación es también creación. La Providencia es creación continua 12. La creación es historia, aunque hay que recono­ cerle un momento cronológico de comienzo, pero cuya naturaleza es la misma que la de los actos sucesivos. Por ese momento cronológico inicial, podemos hablar de «protología», pero toda nuestra historia es creación. La creación no termina nunca. La creación es gracia. Cuando digo salvación, estoy refiriéndome a tantos nombres similares empleados en diversos contextos: e t e r n iz a c ió n , d iv in iz a c ió n , HUMANIZACIÓN PLENA, SANTIFICACIÓN, FILIACIÓN DIVINA, PERFECCIÓN. Es el trán­ sito progresivo de la pura creaturalidad a la participación de la natu­ raleza divina (2 P 1, 4). En las criaturas humanas, desde el primer momento creacional se ha iniciado este proceso. Afirmamos la crea­ ción como gracia y no sólo como presupuesto de la gracia. El proce­ so lo calificamos de escatologico en cuanto me lleva a una dimensión de plenitud (de eternidad), pero paradójicamente no tiene un punto final, porque aún en la eternidad el proceso de perfección continúa, ya que Dios es inagotable. Es una eternidad sin fin, sin tiempo, pero no sin historia 13. El momento inicial fue la creación, divinización inco­ ada; y el momento de plenitud definitiva pero no absoluta, es la muer­ te de cada uno. La escatologia personal no tiene fin. 12 «Providencia de Dios y la doctrina de la creación continua». S attler y S ch - neider , «Doctrina de la creación», en Manual de Teología Dogmática, Barcelona, Her- der, 1996, p. 231. 13 C. B azarra , «Formación para «una vida consagrada en formación», en IFEAL (1995 ) 115-132.

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