PS_NyG_1998v045n001p0107_0135

110 FELIPE F. RAMOS bre” de la que procediese la figura humana de Daniel y que se re­ flejase en los evangelios»5. Una buena síntesis de todas las posibilidades manejadas: Filón, 2.° o 4.° de Esdras, literatura mandea, literatura maniquea, gnosticismo primitivo, religión iraní, literatura judía, su relación con el judaismo y cristianismo nos ofrece J. E. Johnson. Después del recorrido por todas las posibilidades apuntadas su resumen es que el Hijo del hombre en los Sinópticos tuvo su origen en el libro de Enoc y en la frase semítica fam ilia r (la cursiva es mía) que sig­ nifica hombre. Bajo la influencia del pensamiento de Marcos se asimiló a las ideas de Mesías y Siervo de Yahvé 6. J. Coppens afirma que «las eruditas investigaciones sobre el ori­ gen de este símbolo son bastante superfluas, que no hay que hacer a Daniel el epígono de vagas tradiciones orientales que hasta ahora ningún estudioso llega a precisar y establecer con el mínimo de cer­ teza que el método crítico tiene derecho a exigir en historia, tanto antigua como moderna 7. Dentro de la cuestión terminológica un análisis más detallado nos obliga a preguntarnos si la expresión «hijo de hombre» puede ser entendida como perífrasis o sustituto del pronombre personal o es siempre un nombre común con el significado de «todo el mundo» o con el indefinido «cualquiera». Una buena traducción no machista hubiera sido «el ser humano»8. En esta materia nuestra aportación se limita a ofrecer una sínte­ sis de las posibilidades con mayor número de adeptos, aunque a veces ha sido tan minusvalorada la expresión «hijo de hombre» que ha quedado restringida al concepto de la mera circunlocución empleada por Jesús y que la Iglesia interpretó como un título cristo- lógico con exclusiva referencia a la parusía 9. 5 J. M a te o s - F. C a m a c h o , El Hijo del hombre. Hacia la plenitud humana, Ed. El Almendro, Córdoba 1995, p. 16. 6 S. E. Jo h n s o n , «Son of Man», en The Interpreter’s Dictionary of the Bible, IV, pp. 416-418. 7 J. Coppens, L’origine du symbole -Fils d ’homme», ETL, 1963, pp. 103-104. 8 J. D. C ro ssa n , Jesús: Vida de un campesino judío, Crítica, Barcelona 1994, p. 290. 9 J. P. M eier, «Jesús, The Son of Man», en The New Jerome Biblical Commen- tary, p. 1324.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz