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134 FELIPE F. RAMOS — En Me 2, 28: el Hijo del hombre es dueño del sábado; en este caso, si la expresión fue utilizada por Jesús lo hizo en sentido genérico. — En otras veinte ocasiones no puede plantearse duda alguna de que se trata de una autodesignación: «no puede plan­ tearse duda razonable de que Jesús no las pronunciase»55. De hecho, aunque sólo la mitad de ellas fuesen auténticas, sería justificable deducir que la paráfrasis hijo d e h om b re correspondía al estilo del propio Jesús. 2.°) Mantiene una relación directa. En Me 13, 26 (Mt 24, 30; Le 21, 27): aparición del Hijo del hombre en medio de las conmo­ ciones cósmicas. Más que en una expresión de Jesús hay que pen­ sar en una creación del cristianismo primitivo. En Me 14, 62: el «Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo». Esta fórmula, existente también en los otros dos textos paralelos de Marcos, es una combinación del Sal 110, 1 y de Dn 7, 13. De nuevo aquí, como en el discurso escatológico, Daniel sirve de base bíblica al tema de la parusía. La asociación formal del h ijo d el h om b r e en los Sinópticos con Dn 7 parece ser derivativa y d ifícilm en te p u e d e adscribirse a Jesú s (el subrayado es mío). Pero resulta muy notable el que, inclu­ so en esta etapa, aún sobreviva su uso como forma de autodesig­ nación. El dilema final que se plantea al historiador es si la refe­ rencia directa a Dn 7, 13 es una tentativa de explicitar el contenido subyacente de insinuaciones realmente debidas a Jesús, o si las referencias indirectas son desarrollos secundarios de las citas for­ males que acabamos de investigar 56. 3.°) Mantiene una relación ind irecta en Me 8, 38: «Porque si alguien se avergonzare de mí y de mis palabras ante esta genera­ ción adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergon­ zará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles», y par. de Mt 16, 27; Le 9, 26. En las restantes asociaciones 55 G. V erm es , o . c ., p. 193. 56 G. V erm es , o . c ., p. 195.

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