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APROXIMACIÓN A EDITH STEIN.. 93 Como decía nuestro filósofo X. Zubiri, la religión es, fundamental­ mente, manifiesta relación, que supone sobre todo religación entre el hombre y Dios. Esta experiencia de intima religación se traducirá en que Dios sea experiencia del hombre y, en igual sentido, el hombre sea experiencia de Dios, llegando a la unidad de Dios «y» Hombre 170. 3-3. DOS EXPERIENCIAS CRISTIANAS DE DlOS Antes de abordar la experiencia personal de Edith Stein, que es el objetivo que nos ocupa, y después de esta introducción a la experiencia de Dios, propongo presentar los dos modelos de expe­ riencia cristiana de Dios que más han influido en la experiencia mís­ tica de nuestra filósofa: Santa Teresa de Jesús y Santo Tomás. 3.3.1. Experiencia teresiana d e Dios La autobiografía de Teresa de Jesús, la misma que provocó con su lectura el ¡esta es la verdad! de Edith Stein, nos presenta unos rasgos aproximativos a la experiencia de esta monja inquieta y andariega. En primer lugar, hay experiencia porque hay un sujeto que busca con todo su ser algo que le llene totalmente: una verdad fun­ dante, un sentido. En segundo, porque hay un momento determi­ nante, un antes y un después. En tercero, que la experiencia de Dios le implica del todo, abarca a todos las dimensiones de la persona. Cuarto, que le mueve a actuar, a vivir en consecuencia; es la acción transformadora de la experiencia mística. La vida de Teresa de Jesús ha sido, como la de otros muchos, una continua búsqueda del encuentro con la verdad. A diferencia de Edith, la verdad ya la conocía pero no le satisfacía, no le llena­ ba, ni le transformaba. En 1554, ante un Cristo muy llagado tiene lugar su tercera y definitiva conversión 171. «Acaecióme, que entran- 170 Z ubiri dedica a este asunto la tercera parte de su libro El hombre y Dios, Alianza, Madrid 1985, 2.a ed., 305-367. 171 La primera conversión de Santa Teresa se sitúa en 1531, cuando en Santa María de Gracia se encuentra con Cristo en el Evangelio. La segunda será en 1544,