PS_NyG_1998v045n001p0007_0106
92 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ ESTÉVEZ La experiencia mística se presenta como un tipo de experiencia que tiene por característica la continuidad, es decir, que se prepara y ahonda en largas etapas de purificación ascética y de prueba activa y pasiva. «Origina una forma de relación, con Dios o lo divino, según los contextos religiosos, sumamente simplificada en la que más allá de las potencias y facultades del hombre entra en acción su mismi- dad más profunda, la sustancia del alma, el atman al que se llega tras largos procesos de interiorización y concentración»167. No constituye, por tanto, un mero conocimiento en un momento determinado, sino que, como afirmaba Santo Tomás, es cognitio Dei experimentalis et affectiva, conocimiento experimental y afectivo de Dios. La experiencia humana nos ha llevado a topar con la experiencia de lo religioso y está, dentro de un ámbito más reducido, con la expe riencia de Dios. Veamos cuáles son sus condiciones fundamentales. 3 .2 . C ondiciones para la experiencia de D ios De igual modo seguimos para este apartado a Martín Velasco l68. Nos presenta dos momentos fundamentales para que se dé este tipo de experiencia religiosa. El primero es la actitud de reconocimiento de la Presencia originante, el consentimiento a su llamada, la entrega al fundamento del Poder de lo real. Lo que la fenomenología religiosa llama actitud religiosa fundamental. Sin este reconocimiento funda mental, lógicamente no se dará ninguna experiencia de Dios. El segundo momento es que siempre tiene lugar en el interior del sujeto. Fe y experiencia de Dios se unen en el encuentro con Dios. Por ello, la «experiencia de Dios no es otra cosa que una forma peculiar de experiencia de la fe, la encarnación de ese reconoci miento de su Presencia misteriosa en las diferentes facultades de la persona y en las diferentes situaciones de la vida»169. 167 Ib., 486. 168 Cf. J. Martín Velasco, La experiencia cristiana de Dios, Trotta, Madrid 1996, 29-35. El profesor Modesto Berciano ha hecho recientemente una interesante aporta ción desde la filosofía al conocimiento de la experiencia de Dios: M. B erciano , «Expe riencia de Dios en la Historia», en Naturaleza y Gracia, 43 (1996) 247-260. 169 Ib., 35.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz