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90 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ ESTÉVEZ psicólogos de la religión contemporáneos: «captación inmediata, en o por afectividad, de una realidad sobrenatural (A. Bergote); «un cierto sentido de contacto con una instancia sobrenatural» (Glock y Stark) que incluye «todos los sentimientos, percepciones y sensacio­ nes experimentadas por un sujeto o definidos por un grupo religio­ so como implicando cierta comunicación, por ligera que sea, con una esencia divina, es decir Dios, la realidad última o una autoridad trascendente»162. Así pues, la experiencia religiosa se presenta como un modo humano de experiencia de sentido. Experiencia del misterio, de lo sobrenatural, una experiencia que enriquece al sujeto en profundi­ dad, urgiéndole a transcenderse y proyectarse hacia una orientación de sentido global, totalizante. A lo largo de la historia y en las distintas religiones se han pre­ sentado una gran diversidad de experiencias religiosas. Siguiendo a Martín Velasco, señalamos tres de ellas: de lo sagrado, de la presencia de Dios, con o sin mediación perceptiva, y la experiencia mística l63. Más adelante veremos cómo Edith Stein vivirá estos tres tipos de experiencia, que vamos a presentar, como proceso. Primero, será experiencia de lo sagrado, fenómenos religiosos; luego experiencia de Dios, al que percibe y acepta; para finalizar con la experiencia mística, conocimiento afectivo de Dios. a) Experiencia d e lo sagrado. Desde la psicología de orienta­ ción humanista, se ha presentado como la experiencia que se produ­ ce en el contacto con las diferentes realidades del mundo como los grandes acontecimientos de la naturaleza, lo que se viene en llamar las situaciones límite, el contacto con los valores que produce la expe­ riencia ética; la relación interpersonal en sus momentos privilegiados de amor intenso, de diálogo y comunicación con la verdad. Pero ha sido la filosofía la que mejor ha especificado este con­ cepto. La experiencia de lo sagrado es un término usado especial­ mente por el movimiento fenomenológico. Para Soderblom era el ordo a d sacrum ; para R. Otto, lo numinoso, etc. Con los padres de la fenomenología, podemos decir que es una experiencia del «ámbi- 162 J. M artín V elasco , Experiencia religiosa, 479. 163 Cf. id., 482-287.

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