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80 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ ESTÉVEZ lo. Creer es para el hebreo apoyarse (emet) en Yahvé 139. Dios es la roca firme. Si para el griego la verdad es la evidencia del objeto, para el hebreo es la veracidad del testigo que se capta en la con­ fianza. El mundo del hombre es el universo del hebreo, su órgano de comunicación será la fiabilidad. Lo contrario a la verdad no será el error sino la mentira, que está en la órbita de la voluntad y su intencionalidad. El mundo occidental-latino, en la promoción del diálogo, ha acuñado la palabra veracitas, que está entre el emet hebreo como testimonio de alguien y la alétheia griega como desvelamiento de algo. Sin embargo, «en la pura dialéctica entre emetalétheia, hay que decir que, mientras a la verdad griega le interesa lo objetual de la physis, a la verdad hebrea le interesa lo personal del sujeto humano» 14°. Desde Tertuliano, el teólogo cristiano que preguntó qué tenía que ver Atenas con Jerusalén, rechazando la Academia y refugián­ dose en la Iglesia, ésta ha sido la historia de encuentros y desen­ cuentros de los modos de entender la verdad y acceder a ella en el mundo occidental, heredero de ambas culturas. Para San Agustín, desde la escolástica, es necesario un diálogo entre fe y razón, religión y filosofía: ergo intellige ut credas, crede ut intelligas (esfuérzate en entender, a fin de que creas; cree, para que ganes en entendimiento). Para la Ilustración «no es suficiente “sentir” a Dios, como proclamaba Schleiermacher. Hay que “cono­ cerlo”. No basta la admiración, la intuición, la contemplación, la frui­ ción. Es necesario — insiste Hegel— “el duro esfuerzo conceptual”. Hay que comprender a los hombres que se esforzaron por “probar” la existencia de Dios»141. Sin embargo, con Kierkegaard hay un rechazo de la razón, lo religioso se convierte en una angustiosa experiencia interior. Con la fenomenología husserliana se vuelve al necesario diálogo, pero 139 En hebreo emet significa algo sólido sobre lo que uno se sostiene: roca y verdad; también alguien en quien se confía sin que defraude (cf. V. M a r t í n , o . c ., 54-55). 140 V. M a r t ín , o . c ., 55. 141 M . F r a ij o , o . c ., 164.

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