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APROXIMACIÓN A EDITH STEIN. 79 1.2.2. Entre A tenas y Jerusalén La cultura y mentalidad ha influido y sigue influyendo en el mundo humano. El hombre occidental es síntesis de la cultura grie­ ga y la hebrea, el mundo latino se ha encontrado entre la Atenas de la razón y la filosofía y la Jerusalén de la fe y la religión. Entre Ate­ nas y Jerusalén 136 se ha debatido el modo de entender y buscar la Verdad. El mundo griego y el mundo hebreo, «dos senderos por los que el hombre de todos los tiempos intentó alcanzar un cuadro intangible del mundo. Tanto la religión como la Filosofía echaron sobre sus frágiles hombros la ardua tarea de proyectar luz y sentido sobre un mundo que, en palabras de B. Russell, parece haber sido ideado por un demonio»137. Atenas representa a la «metafísica griega», que busca la verdad por medio de la razón. Para los griegos la razón humana era la medida de todas las cosas. La verdad es la evidencia del objeto que se capta en conceptos, siendo sus instrumentos reflexivos e intelec­ tuales. Creer para el mundo griego es desvelar (alétheia )m las cosas del mundo. Lo contrario a verdad para el griego es el error. Jerusalén nos acerca a la «fe abrahámica», al mundo del miste­ rio y la simbología bíblica. La physis se concibe desde la con cep ­ ción histórica como Creación. El hombre es la medida de las cosas pero en cuanto culmen de la Creación; no es autónomo sino preci­ samente criatura. El ser de las cosas se expresa a través del símbo- 136 «Entre Atenas y Jerusalén», que se refiere a la diferente idea sobre la ver­ dad de la religión del mundo griego y la del mundo judío (hebreo), aparece acuña­ da por: L. K o la k o w sk i , Si Dios no existe..., Tecnos, Madrid 1985, 60. También: V. M a rtín , El hecho religioso, CCS, Madrid 1995, 48-60. También: M. F raijo , «Raciona­ lidad de las convicciones religiosas», en Religión, Trotta, Madrid 1993, 161-177. J. d e S ahagún L ucas también trata este tema cuando habla de la verdad filosófica y verdad religiosa, como dos niveles distintos de la estructura ontológica de la reali­ dad. La verdad filosófica es la del pensamiento griego, y la religiosa, la que preocupa al «pensamiento» hebreo (cf. J. d e S a h ag ún L u cas , Interpretación del hecho religioso. Filosofía y fenomenología de la religión, Sígueme, Salamanca 1982,188-199. 137 M. F r a ijo , o . c ., 162. 138 La palabra griega alétheia viene, al parecer, de la palabra de una raíz que significa rememorar, el no olvido, evoluciona desde esa rememoración (Platón) hasta significar la transparencia del objeto al intelecto (Aristóteles). Interesa, por tanto, lo objetual de la physis (cf. V. Martín, o. c., 55).

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