PS_NyG_1998v045n001p0007_0106

66 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ ESTÉVEZ resaba comprender, porque así lo experimentó en su propia vida, la intrínseca tendencia a la unidad del hombre, ser finito, con Dios, el Ser Eterno. 3 .2 . L a filo so fía d el ser : la person a humana La aportación filosófica de Edith consiste en haber buscado y encon trado, vital e intelectualm ente, el centro de gravedad del espíritu humano. «El yo trascendental (Husserl) y el yo concreto instalado en el mundo (Heidegger) deben polarizarse en torno al Ser Supremo. Tal polarización exige el sacrificio de la voluntad de protagonismo, pero esa cruz nos permite a los seres finitos ascender al sentido pleno del ser i n . De hecho, el Ser Supremo conocido y amado por Tomás de Aquino era también, en el fondo, la preocupación de la fenomenología. El lema básico del retorno a las cosas mismas fue para Edith un retorno que urge llevar a cabo en la instalación personal — creyente y amorosa— en el ser Supremo, fundamento absoluto de toda realidad finita y toda vida personal. «La investigación actual descubre en Husserl una preocupación por fundamentar fenomenologicamente el tratamiento a fondo del tema de Dios. Tal fundamentación intenta realizarla Husserl sin rom­ per amarras con el polo que imantaba su vida intelectual: el yo»112. Sin embargo, Edith logró con gran claridad señalar que el tema de Dios no puede abordarse desde el egoísmo del yo, es preciso acep­ tar el Ser Absoluto, romper nuestros esquemas y dar un giro radical a nuestro sistema de coordenadas. Nuestra autora no se involucra en la exigencia de una opción entre fenomenología o metafísica, filosofía o mística, sino que su gran opción está entre el antropocentrismo vacío o el teocentrismo que enriquece al hombre con una visión de la realidad más amplia y eterna. La cuestión por excelencia será, pues, buscar la unión entre el ser finito y el infinito. Dicho de otro modo, es buscar, en la idea 111 A. L ó p ez Q uin tas , Pensadores cristianos, 144. 112 V ario s , Edith Stein, 28.