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APROXIMACIÓN A EDITH STEIN. 63 dado bien claro después de haber entrado en contacto con Santo Tomas... y sólo como consecuencia de ello me he decidido a tomar otra vez en serio el trabajo científico»102. En la obra de Tomás de Aquino, sobre la verdad, descubre que el problema central en la Filosofía sigue siendo la pregunta por el Ser, «problema que se ha querido resumir en la Filosofía moderna como ontología esencialista (Husserl), ontología existencialista (Hei- degger), como doctrina del ser (Conrad-Martius)»103. En este senti­ do, Edith decía que su época «no se conforma por más tiempo con consideraciones metodológicas. La gente ha perdido sus asideros y está en búsqueda de algo a lo que agarrarse. Ellos quieren una ver­ dad concreta, material, que les demuestre que están vivos aún. Ellos quieren una “filosofía de la vida”. Esto es lo que ellos buscan en Tomás»104. El problema que se presenta a Edith a la hora de abordar la filosofía de Santo Tomás es conocer y utilizar en su caso el método escolástico. Para una fenomenóloga acostumbrada a la reducción y el análisis de las cosas como fenómenos, desprendidos de toda carga histórica o sociológica, resultaba extraño el que Tomás empleara el pensamiento antiguo y cristiano sin preocupación, y sin excluir tam­ poco de la investigación filosófica citas de los Padres o verdades de fe. Para Edith era un método inaudito. «A una edad en la que podía ser profesora de Filosofía en la Universidad, se veía obligada a orien­ tar de nuevo su pensamiento. Se convirtió en aprendiz, sin perder su carácter propio. Pero pronto se dio cuenta de las ventajas que la globalizante concepción tomista tenía en comparación con la filoso­ fía meramente gnoseológica de la modernidad»105. Edith traduce con verdadera pasión las sutilezas de Santo Tomás con el fin de ayudarse y ayudar a los demás a configurar mejor sus vidas en el espíritu de la fe. Es Tomás el que nos muestra que la fe es un certero camino hacia la verdad. Edith Stein descu­ brió en la Metafísica tomista modernos puntos de partida, que cons­ tituyen, como se esforzó en demostrar, una serie de coincidencias 102 E. Stein, o . c ., 63. 103 M . M ansurk , o . c ., 83. 104 Cit. en H . Spiegelberg, o . c ., 238. 105 W. H erbstrith , El verdadro rostro, 97.

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