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62 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ ESTÉVEZ En 1925 conoce en Espira a la maestra Edith Stein; de ella dijo que era «no sólo la mejor educadora de sus alumnas, sino que tenía, gracias a la inteligente visión de la entonces priora general, una influencia decisiva sobre las hermanas y las jóvenes. Santa Magdale na debe a Edith Stein sus mejores fuerzas, que aún saben en qué medida era ella la verdadera maestra de novicias» 10°. El P. Przywara, sabedor de las hermosas cualidades y preparación intelectual y con muy buena intención, introduce a Edith Stein en el conocimiento de los nombres fundamentales de la rica tradición filosófica escolástica. 2 .2 . E ncuentro con S anto T omás El padre Przywara anima a Edith para que retome el hacer filo sófico pero desde la base de la fe. Comienza, entonces, por propo nerle la traducción de las obras de John Henry Newman. La tarea recibe grandes alabanzas. Dado el gran conocimiento de la lengua latina que posee nues tra filósofa, se le propone traducir las Quaestiones disputatae de veritate (Investigaciones sobre la verdad). Esta obra ocupa un lugar clave en la estructura intelectual del Aquinate; por ello ofrece a nuestra fenomenóloga una excelente introducción al método esco lástico. La traducción recibió grandes alabanzas, pues como señaló el P. Przywara, «es una maravilla encontrar una traducción que trans pone sin alteraciones la sobria riqueza del latín del Aquinate en len gua alemana... El arte de la traductora es tal, sus anotaciones son tan ricas de significado, que el espíritu se siente a gusto frente a esta obra como si hubiera sido compuesta para nosotros, los moder nos. Parece que Husserl, Scheler y Heidegger están aquí presentes y llamados a confrontar su doctrina con la de Santo Tomás de Aquino traído a la arena de la filosofía contemporánea y parece que sin esfuerzo se abren las puertas de los dos mundos»101. El contacto con la obra filosófica de Santo Tomás supuso un retorno a la Filosofía, pero desde una nueva perspectiva. «Que sea posible cultivar la ciencia como culto divino es algo que me ha que- 100 W. H e rb strith , o . c ., 91-92. 101 Cit. e n M . M ansurk , o . c ., 109.
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