PS_NyG_1998v045n001p0007_0106

APROXIMACIÓN A EDITH STEIN. 59 ticipa con verdadero apasionamiento, hace ver que sólo la religión hace que el hombre sea hombre. La humildad es considerada como fundamento de la actividad moral, la cual no tiene otro fin que lle­ var al hombre a Dios. El trato con los fenomenólogos abrió su espíritu a esferas diver­ sas de la realidad que superan los límites del mundo sometido al cono­ cimiento objetivo. Al realizar personalmente la experiencia de tales modos elevados de realidad, Edith empezó a notar que las barreras interiores cedían y se ampliaban las fronteras de su vida espiritual. Con enorme esfuerzo fue abriéndose, gracias al método y el realismo humano de la fenomenología, a experiencias nuevas y reveladoras. Los estudiosos de la Fenomenología y del Movimiento Feno- menológico sitúan la obra de Edith Stein en el «primer Movimiento Fenomenológico. Junto a Theodor Lipps, Alexander Pfander, Adolf Reinach, Román Ingarden, Hegwing Conrad-Martius construye su filosofía desde la llamada fenomenología de la esencia 93. La Feno­ menología ocupó gran parte del camino que Edith trazó con su vida, pero no desembocó en la ansiada meta, aunque ciertamente la apro­ ximó. Buscaba una verdad que no es un simple cúmulo de nocio­ nes científicamente probadas. Edith se siente en la necesidad de tomar decisiones, pero la claridad no es absoluta y ella es exigente consigo misma: «las deci­ siones que yo he tomado siempre procedieron de una hondura que yo misma desconocía. Una vez que algo subía a la clara luz de la conciencia y tomaba firma forma racional, nada podía detenerme. Ciertamente experimentaba una especie de placer deportivo en emprender lo aparentemente imposible» 94. Son palabras que mani­ fiestan la fuerza, voluntad e inteligencia en la búsqueda. En plena crisis interna, cae en sus manos una edición del Nuevo Testamento. Obra que lee con gran interés, aunque no pasa más que de un mero conocimiento, la fe no brilla por el momento. También lee con atención la Ejercitación d el cristianismo de Kier- kegaard; pero la insistencia de éste «en el hombre solo ante Dios, 93 Cf. H. S p ie g e l b e r g , Doing Phenomenology, Martius Nijhoff, The Hague 1975, 6-7. 94 E. S tein , o . c ., 116.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz