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58 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ ESTÉVEZ ma d e la em patia 90. La empatia viene a ser como un sexto sentido que nos posibilita la percepción del otro y su conocimiento profun­ do; no en vano es un nivel más allá de la simple simpatía. Einfüh- lung sería «la capacidad humana de ponerse en la misma situación del otro, en el interés por los demás y en los intercambios cognos­ citivos, esta cualidad viene exigida. De otra manera no se llega a comprender al otro —ni su mensaje— , al no compartir la misma condición»91. La empatia se convertirá con el tiempo en su verdade­ ro método de conocimiento. Está claro que de la Fenomenología a Edith únicamente le inte­ resa el método, sus intereses concretos no van en la línea meramen­ te científica de Husserl. A nuestra Edith le interesa la persona, los valores, el misterio humano. En este punto entra en escena uno de los filósofos que más influyó en la vida espiritual de Edith. El contacto con Max Scheler y su filosofía profètica deja en ella una impresión indeleble. Los jóve­ nes fenomenólogos, a la vez que critican las Id een de Husserl, encuentran en la segunda publicación del «Jahrbuch», Form alism o en la Ética y Ética m aterial d e los valores de Max Scheler, era algo nuevo y deslumbrador. La intuición apasionada de Scheler, la impor­ tancia dada a los valores, que lanza por la borda todos los sistemas, conceptos y apriorismos, para revelar la plenitud del ser al ojo observador y al corazón intuitivo, pone a Edith en contacto con un mundo hasta entonces totalmente desconocido 92. Con Scheler, Edith redescubre el ámbito de lo religioso, con­ cretamente del cristianismo. Con genial agudeza, Scheler, en sus conferencias nocturnas sobre temas religiosos, en las que Edith par- 90 En la traducción española de la palabra Einfühlung suele emplearse el ter­ mino empatia. En Abbagnano se traduce por empatia pero se aclara que «el concep­ to de empatia ha sido actualmente abandonado, por hallarse en oposición a un número determinado de hechos y, en primer lugar, el nada que ver con la empatia o fusión emotiva». En el sentido usado por Edith parece que no corresponde a lo antes señalado, sino más bien a la identificación con otro ser, de manera que pueda casi sentir sentimientos del otro y llevar a cabo las expresiones de dicho sentimiento (cf. M . M ansurk, o . c ., 8 8 ). 91 V a rio s, o . c ., 37 . 92 Cf. T. A M atre D ei , Edith Stein. En busca de Dios, Verbo Divino, Estella (Navarra) 1988, 6.a ed., 50.

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