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APROXIMACIÓN A EDITH STEIN. 41 a buscar caminos en los que luchar por la transformación de la socie­ dad. Una sociedad que discriminaba por razón de cultura, religión o sexo; una sociedad anquilosada en el pasado que precisaba renovar­ se según la mentalidad modernista de principios del siglo xx. Por ello, descubre y actúa: «desde este sentimiento de responsabilidad social me puse decididamente en favor del derecho de voto femenino»58. Una biógrafa nos dice, sobre la actitud ante el problema de la mujer, que Edith «estaba convencida de que era ella el catalizador necesario para aclarar la confusión sobre el rol de la mujer en nues­ tra sociedad actual... En el magnánimo ejercicio de su naturaleza femenina, Edith Stein nos revela lo que es ser plenamente humanos. Como un raro fenómeno, la mujer filósofo es ejemplo de los más altos logros intelectuales y profesionales... Como mujer de tal estatura inte­ lectual y espiritual, es un testigo del auténtico feminismo»59. Para Edith, el problema de la mujer no es meramente una rei­ vindicación, sino que desde su profundidad intelectual quiere des­ cubrir el «ethos» propio de lo femenino. El problema que se plantea es el de la vocación de la mujer, es decir, lo que la mujer es y lo que la mujer debe ser. Edith trabaja por la femineidad hablando desde la persona. El problema de la mujer es el problema del hombre; si hay un proble­ ma «femenino» hay que solucionarlo al mismo tiempo y analizando también el problema de lo «masculino», y además no solamente en una perspectiva, por así decir «social», sino también moral y religio­ sa, integrando toda la persona. Las múltiples conferencias, los artículos y, sobre todo, su vida, dan testimonio de su fe ciega en los valores de la persona y de la necesidad de integrar la mujer con su especial característica en el mundo humano con igualdad de derechos y de responsabilidades. «La participación de la mujer (señala Edith) en las más diversas dis­ ciplinas profesionales puede ser una bendición para toda la socie­ dad, privada o pública, pero únicamente si se conserva el «ethos» específicamente femenino»6o. 58 Ib., 149 . 59 M . M a n su rk , Homenaje a E. Stein, 121 . 60 Ib., 127 .

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