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36 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ ESTÉVEZ En el año 1966, en una entrevista, Heidegger señalaba que «la filosofía no puede producir cambio inmediato en la actual situación mundial, le es imposible a la filosofía sin el total esfuerzo humano, sólo un dios puede salvarnos. Nos queda la única posibilidad, de preparar en el pensamiento y en la poesía una disposición para la aparición de Dios o para la ausencia de Dios en el presente hundi­ miento; pues nosotros nos hundimos ante la vista de un dios ausen­ te» 48. No sabemos si al final Heidegger encontró a Dios; sin duda, hubiera necesitado la humildad de Edith Stein. 4. INQUIETUDES INTELECTUALES Y SOCIALES Pretendemos en este apartado analizar los grandes temas, las inquietudes intelectuales, que asomaron a la vida y al intelecto de Edith. La mayoría se convierten en esperanzas frustradas de encuen­ tro con «algo» para llenar de verdad su espíritu inquieto. 4.1. H istoria Finalizados los estudios medios (Gimnasio) en marzo de 1911, Edith ingresa en la Universidad de su ciudad natal, Breslau. Des­ pués de muchas dudas, al final se decide por la maestría, por la enseñanza; quería ser maestra, educadora. En su programa de estudios estaban el germánico primitivo, la gramática alemana, la historia del drama alemán, la historia de Pru- sia en tiempos de Federico el Grande, la historia de la constitución inglesa, un curso de iniciación al griego..., todo un abigarrado reper­ torio del saber. De todas estas asignaturas la que más le gustó fue la de historia, pues, como nos dice, «este amor por la historia no era en mí un simple sumergirme romántico en el pasado. Iba unido estrechamente a una participación apasionada en los sucesos políti­ cos del presente, como historia que se está haciendo. Ambas cosas produjeron una extraordinaria y fuerte conciencia de responsabili- 48 Ib., 115.

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