PS_NyG_1998v045n001p0007_0106

28 JUAN JOSÉ GONZÁLEZ ESTÉVEZ Pero las esperanzas pronto se truncan: en 1940 los nacis entran en Holanda con las mismas pretensiones invasoras y antisemíticas de otros lugares. Ahora la Gestapo estaba también por doquier en el país de los tulipanes. La cruz del sufrimiento y la muerte se van acercando. En este momento le piden que, con motivo del cuarto centenario de San Juan de la Cruz, componga un libro-homenaje al místico castellano. El título de la obra será muy expresivo: Kreuzes- wissenschaff: Studie über Joannes a Cruce (Ciencia de la cruz: estu­ dio sobre San Juan de la Cruz). A pesar de las denuncias de las autoridades holandesas y de la jerarquía católica, la barbarie nacista se ceba en los judíos, incluidos los conversos. A Edith le llega el turno, ante la impotencia de sus hermanas, el día 2 de agosto de 1942. Aquí comienza su calvario. Westerbork, Auschwitz. A los pocos días y en el anonimato, Edith pasa a la larga lista de las 31.000 personas que murieron gaseadas entre el 13 de julio de 1942 y el 23 de febrero de 1943. Más tarde se supo que el día concreto de su muerte acaeció el 9 de agosto. Los testimonios de estos días son mínimos: serenidad, delicade­ za y generosidad con todos y, sobre todo, inmensa felicidad por el encuentro definitivo con la Verdad. Edith vivió y murió cumpliendo las palabras de San Agustín: «Nos has hecho para ti y nuestro cora­ zón está inquieto hasta que descanse en ti»28. 3. MAESTROS Y COMPAÑEROS 3.1. E dm un d H usserl El padre de la fenomenología nació en el seno de una familia judía en Prosznitz (Moravia) el 8 de abril 1859 y murió en Friburgo de Brisgovia el 26 de abril de 1938. Estudió matemáticas con Weiers- trass y fue alumno de Bretano, del que recibió una gran influencia. Ejerció como profesor de filosofía, primero en la universidad de Gót- tinga, donde le cono c ió 'Edith, y luego en la de Friburgo, donde Edith fue su asistente. 28 Cf. S a n A g u st ín , Confesiones 1,1, Obras Completas, BAC, Madrid 1968, 5.a ed„ 73.