PS_NyG_1998v045n001p0007_0106

APROXIMACIÓN A EDITH STEIN. 25 lo último a lo que uno tuviese que entregar su vida. La verdad eterna brillaba sobre la Iglesia, no sobre la Universidad. Así pensaba, mientras se esforzaba en un trabajo pulcro y científico, y apreciaba, como ver­ dadera investigadora, el valor del trabajo científico»24. La primera confrontación práctica que tiene que superar es el reencuentro con su familia judía. Con ella pasa unos días en Breslau. Era consciente de que su madre, Auguste, era una ferviente judía, de una fe sin fisuras, una mujer fuerte aunque tolerante. Por ello, al mani­ festarle Edith que era católica lloró sin consuelo. Será, sin embargo, la felicidad rebosante que manifestaba Edith la que hace comprender a su madre y a la familia que había hecho la mejor elección. La ocasión para ejercer la enseñanza y dedicarse por entero a la reflexión se le presenta al ser llamada por las dominicas de San­ ta María Magdalena de Espira. Necesitaban una profesora de alemán y una pedagoga para la Escuela de Magisterio que ellas también regentaban. Edith comienza una vida como ella deseaba desde su bautismo, de casi monja: Éste es ya el tercer año que vivo, muy a gusto, detrás de unos protectores muros conventuales —esto es algo que puedo decir sin temeridad — como una auténtica monja; aunque no llevo velo alguno, no estoy atada por votos y clausura, y de momento tampoco debo pensar en contraer este compromiso 25. Es una época en la que se dedica con empeño a la filosofía grie­ ga y medieval. De este modo, y animada por el filósofo jesuíta Erich Przywara, descubre a Santo Tomás. Trabaja en la traducción de Acto y p o ten c ia y de las Quaestiones d isputatae d e veritate . Edith no se queda con la simple traducción, su deseo de buscar la verdad le lleva a formular su propia síntesis filosófica; la idea que le rondaba era conjugar la fenomenología de Husserl con el escolasticismo medie­ val de Santo Tomás. Se introduce, entonces, en la corriente neoesco- lástica imperante en la filosofía y teología europea del momento. La frase de Santo Tomás «dedicarse a la ciencia entendiéndola como culto divino» no fue para Edith una frase retórica cualquiera, 24 W . H f r b s tr ith , o . c ., 85. 25 E. S te in , Autorretrato, 56.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz