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APROXIMACIÓN A EDITH STEIN.. 21 hijos. Pasado un tiempo y después de una visita de la Señora Augusta, Edith se convence, por la preocupación y las palabras de la madre, de la necesidad de volver a Breslau y reanudar sus estudios. 2.3.3. Tercera etapa La fuerza interior vuelve a motivar a Edith. Había pasado un momento de oscuridad, ceguera, sin sentido; sin duda como cual­ quier adolescente rebelde consigo misma, los suyos, los estudios, lo religioso. Reanuda los estudios en la Escuela Victoria. En el centro inte­ lectual de sus estudios está la pregunta por el último fundamento de la existencia; es una pregunta que ronda constantemente su cabe­ za. En lugar de la fe de la infancia, apareció en Edith la búsqueda de la verdad. Los estudios le agradan; su gran inteligencia y capacidad de tra­ bajo le dan grandes satisfacciones y éxitos. Esto, sin embargo, no la hace engreída, ni distante, sino que se convierte, sobre todo, en una buena amiga para todas sus compañeras. Era muy querida por su alegría, discreción y su buen juicio. A ella acudían las compañeras para contar sus confidencias y problemas; siempre estaba dispuesta a dar consejos o a ayudar. En este momento uno de los aspectos que más destacan de Edith es su interés por la vida, por las manifestaciones de la natura­ leza; la futura fenomenóloga muestra un interés creciente por todo lo que acontece. La alegría y el buen humor pasan a ser los sínto­ mas externos de la felicidad interna: «Recuerdo —dice una compa­ ñera— que Edith era una chica muy atractiva, cariñosa, risueña y con un formidable sentido del humor. Cuando se reía, le brillaban sus hermosos ojos grises y se le hacía un delicado hoyuelo en la barbilla, que a todas no encantaba»19. Por esta época, hace posible su permanente deseo de enseñar. Ya de pequeña había mostrado cierta inclinación por la pedagogía y 19 Cit. en ib., 37.

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