PS_NyG_1997v044n003p0415_0452

450 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ guen todo su p en sam ien to y preocupación en Aquél qu e tiene cons­ tante cu id ad o d e nosotros» 205. Este criterio, que comporta una lla­ mada de atención a nuestra posible falta de fe, puede replantear o cuestionar algunas de nuestras presencias actuales, en respuesta coherente a lo que la Iglesia espera de nosotros. 3. CONCLUSIÓN Nos hemos acercado a la dimensión espiritual de nuestras Cons­ tituciones, y hemos constatado la gran riqueza de contenido que tie­ nen a este nivel. A la luz de nuestra reflexión, surgen algunos aspec­ tos que creemos importante remarcar: 1. En función del propio carisma es decisivo que transparente­ mos siempre el primado de la vida fraterna. El problema no está tanto en que se nos conozca por lo que hacemos, cuanto por el modo de vivir y de actuar, fraternalmente, al servicio de la Iglesia y del mundo. Un servicio fraterno bajo el signo de la sencillez y de la minoridad —como conviene a «Hermanos Menores» — sensible espe­ cialmente a los más humildes y necesitados. 2. Es el permanente discernimiento, individual y comunitario, sobre proyectos de vida y de trabajo donde se debe subrayar siem­ pre la dimensión espiritual y fraterna de la misión de cada uno. En toda comunidad cada uno de los hermanos debe cumplir un papel: desde el guardián o superior, que vela y anima a toda la fraterni­ dad, hasta el hermano que está en período de formación inicial, o el mismo anciano que, desde su oración y su silencio, sirve de testi­ monio e ideal de vida para el resto de la fraternidad. Una experien­ cia que no se circunscribirá sólo a nivel de fraternidad local, sino que abarcará toda la existencia de una intercomunicación de frater­ nidades bajo un régimen provincial, donde las tareas y los trabajos sean fruto y testimonio de la entrega diaria de todos los hermanos. 3. Nuestra vocación laical debe ser potenciada. No todos los modelos tradicionales de hermanos laicos responden a las necesida­ des de nuestro tiempo. Nuestros grandes hermanos santos, que san- 205 Const. 176, 3.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz