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440 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ te que el hermano menor llegue a ser todo oración, igual que lo fue san Francisco 13°. La eucaristía es el centro de la fraternidad 131, siendo indispensa­ ble para que la comunidad crezca y se construya con solidez. Así, siguiendo ya las indicaciones hechas por Francisco 132, se recomienda la celebración comunitaria de la eucaristía y la concelebración 133 de los hermanos sacerdotes. Estos detalles, indicados de una manera cari­ tativa en el texto constitucional, están perfilando la vivencia eclesial de los sacramentos y de la comunidad convocada por el Señor. La Fraternidad, desde una vivencia auténtica, se convierte en testimonio viviente para todos aquellos que nos contemplan. Por lo mismo es de sumo interés que cada uno de los hermanos se convenza de la necesidad que tenemos de una intensa vida de oración, para hacer realidad la «primacía del espíritu y de la vida de oración »134. Con el subrayado de la oración no se está renunciando a otras actividades y trabajos; se puntualiza una tarea relevante para que la vida del her­ mano menor se vea colmada por el Espíritu del Señor 135. El capuchino, hombre dedicado a la vivencia de Dios, necesita encontrar maneras coherentes con nuestro mundo para expresar su relación de intimidad con Dios. Nuestras Constituciones abogan por la recuperación de las categorías más profundas del creyente: vivir en perfecta apertura sin hacer dicotomías entre los distintos ámbitos y medios en que se desarrolla la vida del religioso. El fraile habrá de vivir en un continuo culto a Dios en la caridad 136, sin que sea posible separar su trabajo manual de la alabanza a Dios, sabiendo que hasta el pecado que hay en nuestra vida, se puede transformar 130 Const. 45, 7. 131 Const. 48, 2. 132 « Amonesto, por eso, y exhorto en el Señor, que en los lugares, en los que moran los hermanos, se celebre solamente una misa en el día, según la forma de la santa Iglesia. Pero si hubiere muchos sacerdotes en el lugar, esté contento uno, por amor de la caridad, con la audición de la celebración del otro sacerdote -. CtaO 30-31. 133 Const. 48, 2-3. 134 Const. 53, 2. 135 Cf. J. K azm iercza k , San Francesco nelle Constituzioni dei Frati Minori Cap­ puccini, Pontificium Ateneum Antonianum, Romae, 1991,198. 136 Const. 46, 4.

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