PS_NyG_1997v044n003p0371_0414

376 ENRIQUE RIVERA cié le salieron al paso tres pobrecillas mujeres, semejantes entre sí en estatura, edad y facciones del rostro, las cuales le brindaron un saludo muy original, diciéndole: / Bienvenida sea dama Pobreza! Al oír tales palabras, el verdadero enamorado de la pobreza llenóse de un gozo inefable»10. Tal como se lo contaron al docto escritor, cami­ naban hacia la región celeste las tres doncellas virginales. Con su saludo quisieron proclamar este mensaje: Sólo pueden tomar aire para el cielo quienes se desvinculan de la tierra, abrazados a la pobreza, como hizo el abanderado de la misma, el pobre Francisco. Eran tres las doncellas. Éste, con peculiar emoción, rebosaba de un amor exultante a Dama Pobreza. Esto dieron a entender las tres al pronunciar este solo nombre. Cerramos este relato sobre el amor de San Francisco a la pobre­ za con esta anotación de su biógrafo T. de Celano. «Solía (Francis­ co) cantar con encendido fervor y júbilo desbordante los salmos que hablan de la pobreza, como éste: «No ha de ser por siempre fallida la esperanza del pobre» (Sal 9, 19); y este otro: «Lo verán los pobres y se alegrarán» (Sal 68, 33) 11. Ante esta anotación del fiel biógrafo es de ponderar el hecho de que, en su fervor seráfico hacia la pobreza, Francisco la cante en lo íntimo de su corazón, utilizando los salmos bíblicos para dar una mayor resonancia a su canto. Una confrontación de los dos salmos citados por Celano y el Officium Passionis, compuesto por Francisco para ejercicio de su piedad, hace ver que los dos salmos recordados por Celano están presentes en dicho Officium. Del salmo 9 Francisco hace suyo este verso: «Etfactus est Dominus refugium pauperum: adjutor in opor- tunitate, in tribulatione - et sperent in te qui noverunt nomen tuum» 12. La exégesis de hoy lee en este salmo la alabanza que surge del pecho de los buenos, porque el Señor los ha salvado de las manos de los impíos. El verso acotado por Francisco constata este hecho: «El Señor se ba constituido en refugio para el pobre, ayuda­ dor en las necesidades , en la tribulación». Ante hecho tan consola­ dor, se dirige a cuantos comparten su condición de pobre, para 10 Legenda Major, VII, 6; Op. O., VIII, 524b. 11 2C., 70. F. F, 509. 12 Officium Passionis Domini, XI, 7; Opuscula..., 213.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz