PS_NyG_1997v044n003p0371_0414

414 ENRIQUE RIVERA Place sobremanera publicar este estudio, desde largo tiempo meditado, cuando mi Orden Capuchina se dispone a meditar en la manera de llevar a la práctica en nuestros días la pobreza de San Francisco. Éste, sintiéndose morir, pide que le pongan desnudo sobre la tierra desnuda. Así quiso mostrar su postrera fidelidad a la amada pobreza. Entonces, vuelto a los hermanos, les dice: «He cum­ plido mi tarea; Cristo os enseñe la vuestra»104. Consciente de este último mandato de su santo Fundador el VI CPO intentara hallar las vías prácticas y eficaces para vivir la pobreza franciscana, no sólo como virtud personal ascética, sino en su dimensión comunitaria e institucional. Es decir: cómo han de dar las fraternidades capuchinas testimonio de pobreza ante el mundo de hoy. En verdad, este pro­ yecto de vida quiere venir a ser un programa pauperístico de santi­ dad en la Iglesia de hoy. Dentro de esta Iglesia que se ha proclama­ do a sí misma iglesia de los p o b r e s . Enrique R ivera Universidad Pontificia Salamanca 104 2C., 214 ; F. F., 629 .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz