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ESENCIA DE LA POBREZA PRACTICADA POR FRANCISCO DE ASÍS 409 la buena madre de familia y cuantos la rodean presienten la buena salud de grandes y pequeños como efecto seguro de comer la buena carne de la bestia, aquí bendita cuanto maldita fue por Francisco. Universalizando el tema, hay que afirmar, contra sentimentalis­ mos morbosos, que la naturaleza está al servicio del hombre. Lo deplorable y pernicioso es que no se la haya mirado con ojo de ser­ vicio, sino con ojo concupiscente de ganancia y lucro. Ha sido este afán, no el uso debido de las cosas, lo que ha llevado a esta angus­ tiada humanidad al paroxismo de una naturaleza esquilmada, con amenaza de hacerla improductiva 94. Hondo tema nos ha salido al paso. Imposible exponerlo en su amplitud. Pero quede bien consignado que el trato franciscano con las cosas lleva consigo tanto una relación amigable con ellas, cuan­ to una incitación a su uso legítimo y mesurado. De nuestra reflexión franciscana sobre la Ecología viene a ser espléndido colofón este atestado del Sacrum commercium . Rodean los Hermanos Menores a la Pobreza, trocada en dama espiritual y exigente. Ésta les pregunta dónde tienen su claustro. Ellos la llevan a una colina próxima y, mostrándole toda la tierra que podían divi­ sar, le contestan: «Éste es nuestro claustro, señora»95. Es de reciente invención el vocablo «ecología». Da satisfacción que su origen etimológico recuerde estos dos vocablos griegos: oikía y lógos. Oikía significa ca s a , que en esta ocasión no se trata de la ca sa ca sera , sino de la ca sa d e la hum an idad . A esta casa se refe­ rían aquellos Hermanos Menores, cuando ante el inmenso campo que se percibía, solemnemente dijeron: «Éste es nuestro claustro». Es decir: nuestra casa; la de todos. 94 Entre la inmensa producción bibliográfica sobre Ecología, dada la índole del tema y de esta revista, selecciono a dos investigadores capuchinos que orientan sobre la problémática en torno a la misma: Karol J. V e r l ey e , «Saint François d’Assise et la protection de l'environnement», en Laurentianum 18 (1977) 314-337; Andrés S. Á lva - r ez , «¿Es la religion judeo-cristiana responsable de la crisis ecológica?-, en Naturaleza y Gracia 42 (1995) 207-236. 95 Carlos D ía z , Ecología y pobreza en Francisco de Asís, Centro de Francisca- nismo, Madrid -Edit. Franciscana Aránzazu, 1986, 82. Trata el tema, con sensibilidad lírica, en línea con J. Verdaguer, Francesc G am issans , Francesc d ’Assis, sant i ecolo­ gista, Edit. Claret, Barcelona, 1981.

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