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ESENCIA DE LA POBREZA PRACTICADA POR FRANCISCO DE ASÍS 399 la página bíblica del Nuevo Testamento un preanuncio del célebre ejemplarismo medieval en su doble aspecto: como ejemplarismo ascendente y como ejemplarismo de presencia. El ejemplarismo ascendente tomó pie en las palabras de San Pablo cuando escribe: «Lo inefable de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras» (Rom 1, 20). Recordamos a dos doctores. Ricardo de San Víctor, en su obra De Trinitate, comenta reiteradamente como ejemplarismo ascendente el texto citado del apóstol 7Ó. Sigue esta inspiración San Buenaventura, quien escribe su Itinerarium mentís in Deum, que es cumbre en la exposición de este ejemplarismo. Algunos doctos piensan que San Antonio preanuncia a San Bue­ naventura en su concepción del ejemplarismo ascendente 11. Algu­ nos textos parecen avalar esta interpretación antoniana. Pero en mi estudio he creído mostrar que, apoyado en la detenida lectura de los escritos del santo doctor, éste utiliza con preferencia en sus ser­ mones al pueblo, el ejemplarismo de presencia. De éste hizo uso Jesús, de modo intuitivo, en el Sermón de la montaña: «Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta... Observad los lirios del campo, cómo crecen: no se fatigan, ni hilan... A la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste» (Mt 6, 26-30). Es patente que por estas palabras evangélicas Jesús no intenta ele­ var nuestra mente hacia Dios, sino decirnos sensiblemente que éste se halla a nuestra vera, presente en las cosas más sencillas. Justa­ mente, pues, podemos hablar de un ejemplarismo de presencia fun­ dado en estos autorizados dichos de Jesús. Es el ejemplarismo que preferentemente practicó el doctor evangélico, a imitación de su querido Maestro. Ahora bien, si San Francisco vivió el ejemplarismo ascensional, haciendo de todas las cosas escala para subir a Dios, según nos dice San Buenaventura y comentamos en el apartado anterior, place 76 Ricardo de S an V íctor , De Trinitate, lib. V, V I, Sources chrétiennes, Paris, 1959, 312 ss. 77 De este parecer es el filósofo portugués, malogrado en su reciente falleci­ miento, Francisco da G ama C aeiro , «Nature et symbole chez S. Antoine de Padoue», en Atti del terzo Congresso Intem az di Filosofia medioevale, Milano, 1966, 363-371.

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