PS_NyG_1997v044n003p0371_0414

394 ENRIQUE RIVERA nadie que no esté sellado con tu distintivo puede ingresar en aquel reino» 62. Como comentario a este texto traducimos el ponderado juicio de St. Brufani en su introducción al Sacrum Commercium en Fontes Franciscan i: «Esta particular y puntual relectura pauperística de la vida de Cristo es el fundamento de una teología pauperística: la pobreza llega a ser asimilada a la acción salvífica de Cristo» 63. Según esto, es justo reconocer que esta soteriología pauperística era incapaz de iluminar y de dirigir las muchas mentes sinceras de los espirituales celantes, necesitados de una esclarecida teología. El cuarto momento eclesiológico sigue de cerca al anterior. Ya el prólogo del Sacrum Comm ercium concluye con esta categórica afirmación: «El Señor dio a la pobreza «las llaves d el reino d e los cielos-64. Esta afirmación vino a ser el fundamento de la visión ecle- siológica de la A lianza de Francisco y de los suyos con la Pobreza personificada, ratificada en el diálogo central del opúsculo 65. Esta A lianza tiene un sentido claramente salvífico. De aquí se dedujo la significación histórica de los Frailes Menores en la vida de la Iglesia. Esta significación fue asumida por los espirituales de fin del siglo xiii con lamentables derivaciones dentro y fuera de la Orden. Este incomparable poema místico, único en su grandiosa y atra­ yente personificación de la pobreza, no tuvo la menor intención de proponer una teología didáctica y escolar. Se debió, por lo mismo, buscar el doctor que precisara sus dichos flotantes y unilaterales, que vinieron a ser desorientadores. De hecho, la Orden tuvo este doctor. Y muy preclaro: San Buenaventura. Se discute si el Sacrum Commer­ cium tuvo ante sí las impugnaciones de la pobreza, suscitadas por los doctores de París. Contra éstos es cierto que el doctor franciscano mantuvo una polémica de alta teología. Dos momentos efervescentes alcanzó esta polémica: el de 1252-56, al publicar Guillermo de Santo Amor dos proclamas contra las Órdenes mendicantes de Predicadores y Menores; y el de 1269-72, cuando Gerardo de Abbeville, canónigo de Amiens, escribió otra encendida proclama contra las mismas. 62 Sacrum commercium, 6; F. F., 1712. 63 F. F., 1698. 64 Sacrum commercium, final del prologus; F. F., 1706. 65 Sacrum commercium, 28-29; F. F., 1727-8.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz