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390 ENRIQUE RIVERA mente lo ha hecho San Juan de la Cruz en Subida a l Monte Carme­ lo. Pero supuesta esta pobreza rectificadora, San Buenaventura se declara avidoso de mostrar cómo el alma camina hacia Dios apoya­ da en lo sensible. Es entonces cuando formula este principio, que es clave para interpretar la espiritualidad franciscana en lo que tiene de más propio. Por su importancia lo damos en su original latino: «Cum en im secundum statum condition is nostrae ipsa rerum uni- versitas sit sca la a d ascendendum in Deum ...*54. Se percibe en este texto un resumen del ejemplarismo del gran doctor. Hechas por Dios las creaturas, vienen a ser éstas espejo nítido de las perfecciones divinas. Este espejo, visto con iluminada ingenuidad, nos posibilita contemplar lo que Dios ha querido revelarnos por su esplendorosa creación. Vienen e ser entonces las cosas creadas luminosa esca la por la que el alma asciende a contemplar a su Dios. Esta concepción franciscana del ascenso a Dios San Buenaven­ tura la ha sensibilizado en su seráfico Padre, cuya vivencia ascen- sional describe de esta manera plástica: «Por el alegre espectáculo de la creación se elevaba (Francisco) hasta la razón y causa vivifi­ cante de todos los seres. En las cosas bellas contemplaba al que es sumamente hermoso, y mediante las huellas impresas en las creatu­ ras buscaba por doquier a su Amado, sirviéndose de todos los seres como de una e sca la para subir hasta Aquel que es todo deseable. Impulsado por el afecto de su extraordinaria devoción, degustaba lo bondad originaria de Dios en cada una de las creaturas, como en otros tantos arroyos derivados de la misma Bondad. Y como si per­ cibiera un concierto celestial en la armonía de las facultades y movi­ mientos que Dios les ha otorgado, las invitaba dulcemente —cual otro profeta David— a cantar las alabanzas divinas»55. Larga ha sido la acotación. Pero motivada. Ante ella ya nadie tiene fundamento histórico para vincular la ascesis franciscana con otras ascesis, que desdeñan las creaturas en la subida al monte de la perfección. Más en concreto hay que decir que si la ascesis rigo- 54 Itinerarium, I, 2; O. O., V, 297a. Damos la traducción del texto latino: «Por­ que según el estado de nuestra condición la misma universalidad de las cosas sea escala para subir a Dios». 55 Legenda Major, IX, 1; O. O., VIII, 53a.

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