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LECTURA «EN CLAVE ACTUAL- DE LA CRISTOLOGÌA. 327 causalidad es común a las tres personas de la Trinidad. Lo único que es propiamente exclusivo del Verbo es el hecho de terminar sustancial e hipostáticamente la naturaleza humana y darle la última incomunicabilidad. Por consiguiente, la persona del Verbo no ejerce sobre la naturaleza humana unida a Él ninguna actividad que no sea común a toda la Trinidad: «Puesto que toda voluntad es dueña de sus actos [...] el Verbo no tiene ninguna causalidad sobre el acto de la voluntad creada en Cristo que no tenga también toda la Trinidad; por tanto, la volun­ tad creada en Cristo no está privada del dominio respecto de sus actos más por la unión de Verbo que si no estuviese unido a Él»21. Por otra parte, la unión hipostática no comporta ninguna muta­ ción en el Verbo. Escoto se esfuerza por salvaguardar la trascendencia de la persona del Verbo que forma parte indivisible de la Trinidad. La interpretación que Escoto hace de la unión hipostática es lo que nos permite hablar de la Cristología del Assumptus hom o 22. Es importante subrayar la idea clave de que el constitutivo de la perso­ na, en la teoría escotista, no consiste en algo positivo, sobreañadido a la naturaleza individualizada, sino que es la mera negación de la doble dependencia actual y aptitudinal respecto de cualquier otro ser. Esta manera de comprender la persona hace posible el descu­ brimiento de la humanidad íntegra de Cristo. Dos de los mejores escotistas de este siglo, los franciscanos franceses D. M. Basly 23 y su discípulo L. Seiller, fueron los encarga- 21 «Quod omnis voluntas est domina sui actus [...]. Quod Verbum nullam cau- salitatem habet super actum voluntatis creatae in Christo quam non habeat tota Tri- nitas; ideo voluntas creata in Christo non privatur dominio respectu suorum actuum plus propter unionem ad Verbum, quam si non uniretur ei». Ord. III, d.17, q.un., n. 4; XTV, 654b. 22 La expresión Homo Assumptus se emplea para designar el sujeto de la acción. Expresión tradicional que será muy difícil eliminar del lenguaje teológico. Se emplea la palabra concreta de hombre para describir no solamente el Verbo en cuan­ to poseedor de una naturaleza humana, sino al asumido, compuesto de alma y cuer­ po, que no es una persona porque depende de la Persona del Verbo. 23 Sobre la biografía y bibliografía del P. Basly, ver L. Seiller, «Un théologien scotiste. Le Révérend Pére Déodat de Basly, 1862-1937», en La France Franciscaine 21 (1938) 95-112; 167-192.

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