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LO ABSOLUTO Y LA REALIDAD 313 pues existen en función-de o relativamente a la cosa por una parte y a la actividad por otra. Al mismo tiempo se trata también de superar el ser-mediado y la mediación misma en la inmediatez, pues tanto esa referencia de las circunstancias a la cosa en cuanto fundamento y a la actividad en cuanto «activación» (Betätigung), como la mediación que ésta y aquélla ejercen, han de transformar­ se en la inmediatez propia de la cosa misma en cuanto cumplida­ mente realizada. Y es profundizando en este aspecto como se superará la necesidad simplemente real y se originará la necesidad absoluta. El método que para ello sigue Hegel es típico: no neutraliza, sino que acentúa el aspecto de la mediación. En el apartado siguiente destaca, en efecto, el carácter de ser-puesto que tiene la necesidad real. «Lo que es necesario es por un otro». Eso es lo que hasta ahora ha quedado claro. Pues lo contingente nos remite a su fundamento: a la cosa y a la actividad, por una parte; a la serie de las condiciones que lo determinan, por otra. Algo tiene que ser, es necesario, cuando se dan todas sus condiciones. Esto, bajo otro punto de vista, no deja de ser paradójico, ya que de lo nece­ sario, a diferencia de lo contingente, esperamos que tenga el ser por sí mismo. Sin embargo, el mismo lenguaje admite esa doble vertiente. Entendemos que la necesidad establece, por así decirlo, una especie de instancia superior a la posibilidad y a la contin­ gencia, en cuanto que significa lo que no puede menos de ser —frente a lo posible— y lo que es por sí mismo, frente a lo con­ tingente. Pero también empleamos el término «necesidad» para sig­ nificar indigencia y menesterosidad y, en este sentido, dependen­ cia de otra cosa. Es lo que se expresa con el término «Not», ingrediente de «Not-wendigkeit» (cf. Leonard, 270). En todo caso, es cierto que lo contingente, justo por serlo, es necesariamente por otro. En este sentido y en cuanto que no es «en y para sí» es algo meramente puesto. Es aquí, sin embargo, al llevar al extremo ese carácter de ser- por-otro, donde justamente se produce la inflexión, además de forma inmediata: «Pero esta mediación es inmediatamente la supera­ ción de ella misma». La razón es obvia, si se tiene en cuenta que la serie de mediaciones, por compleja y variada que sea, concluye, toda ella, en definitiva, en la cosa misma que se trata de convertir

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