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308 MARIANO ÁLVAREZ GÓMEZ mente condiciones de la cosa misma, es lógico que se adapten a su contenido, pues de lo contrario más que posibilitarla la imposibilita­ rían. Con esto Hegel parece estar dando expresión a la idea leibni- ziana de composibilidad. El texto relativo a la cosa reza como sigue: *b) La cosa es igualmente a) algo presupuesto; en cuanto puesta es solamente algo interno y posible, y en cuanto previa (als voraus) es un contenido subsistente para sí (ein für sich selbständiger Inhalt); b) mediante la aplicación de las condiciones recibe su existencia externa, la realización de las determinaciones de su contenido, las cuales corresponden recíprocamente a las condiciones, de forma que la cosa se revela como cosa a partir de éstas, a la vez que proviene de ellas» (E, § 148, p. 293). El texto es paralelo al anterior, pero más difícil de comprender, en cuanto que, en efecto, es evidente que las condiciones, para poder actuar como tales, han de darse por presupuestas; en cam­ bio, la cosa surge, como es lógico, de sus condiciones, y en tal sen­ tido parece ser resultado más que presupuesto. Pero vayamos por partes. La cosa en cuanto puesta es, análogamente a la condición rela­ tiva, algo interno o posible, no realizado aún y que desde el con­ texto en que se halla inserto puede ser realizado, si bien se encuen­ tra ya en el campo de la posibilidad real. Que sea, al mismo tiempo, algo previo y subsistente, se ha de entender en el sentido siguiente: dada la estructura teleológica de la realidad, la cosa «presupone su término como su fin» y es previa, en este aspecto, a las condiciones, requiere, en consecuencia, que éstas se adapten a lo que su conte­ nido mismo postula. Un ejemplo manifiesto de esto es el proceso de WL en su conjunto, en el cual la idea, que es la cosa misma (die Sache selbst) en un sentido eminente, es ciertamente resultado y, al mismo tiempo, es el presupuesto de todo el proceso. Algo análogo puede decirse de cada una de las categorías respecto de las prece­ dentes, y con especial motivo puede decirse esto de «la cosa», en cuanto que ésta tiene su lugar propio en el campo de la realidad, y más concretamente de la actividad. Esto supuesto, el segundo de los aspectos, es decir, la realiza­ ción de las determinaciones propias del contenido de la cosa se

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