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302 MARIANO ÁLVAREZ GÓMEZ brada en sí misma; su determinación es la de ser consumida (ver­ zehrt). Pero el otro lado de la realidad es su esencialidad. Ésta es, por de pronto, lo interno, lo cual, como mera posibilidad, está igual­ mente determinado a ser superado. Como posibilidad superada es el provenir (Hervorgehen) de una nueva realidad, que tiene como su presupuesto a la realidad inmediata primera. Tal es el intercam­ bio, que el concepto de condición contiene en sí. Cuando contem­ plamos las condiciones de una cosa, éstas aparecen como algo completamente inofensivo. De hecho, sin embargo, tal realidad inme­ diata contiene en sí el germen para algo completamente distinto. Este otro es, por de pronto, solamente algo posible; pero esta forma de la posibilidad se supera luego y se traduce en realidad. Esta nueva realidad, que surge así, es lo propio interno de la realidad inmediata, que ella consume y utiliza. Deviene así una figura (Ges­ talt), completamente otra, de las cosas; y al mismo tiempo no devie­ ne ninguna otra cosa: pues la primera realidad es puesta solamente según su esencia. Las condiciones, que se sacrifican, sucumben (zugrunde gehen) y son consumidas, coinciden en la otra realidad consigo mismas. De esta índole es el proceso de la realidad en gene­ ral. Ésta es no sólo algo que es de modo inmediato, sino que, en cuanto ser esencial, es la superación de su propia inmediatez, y con ello se mediatiza consigo misma» (E, § 146 Zusatz, p. 287 s.). Entramos ya en la exposición del concepto de necesidad, cuyos rasgos fundamentales están ya de alguna manera diseñados. En § 147 dicho concepto aparece progresivamente elaborado en torno a una serie de aspectos: 1) La posibilidad real en general (die reale Möglichkeit über­ haupt): «Esta exterioridad, así desarrollada es un círculo (Kreis) de las determinaciones de la posibilidad y de la realidad inmediata; la mediación recíproca de las mismas es la posibilidad real en gene­ ral» (E, § 147, p. 288). Hegel introduce a su exposición de la necesi­ dad, partiendo de la posibilidad y de la contingencia, sintetizadas en el concepto de exterioridad. Ya hemos visto que la posibilidad clama por su realización, a la vez que la realidad concreta se con­ vierte en posibilidad de una nueva realidad, y así indefinidamente. A primera vista este proceso podría tener de suyo un carácter lineal, lo que significaría caer en una versión de la «mala infinitud». No es así, sino que ese proceso constituye un círculo, una línea que se

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