PS_NyG_1997v044n003p0237_0316

294 MARIANO ÁLVAREZ GÓMEZ abstracción tiene aquí el significado plausible de una dimensión real— los dos aspectos en que hemos visto que se expresa lo real. La posibilidad es, de suyo, la mera reflexión-en-sí como abstracta­ mente distinta de la reflexión-en-lo-otro. La contingencia, en cam­ bio. expresa estrictamente la reflexión-en-lo-otro, su carecer de fun­ damento en sí y su tenerlo en algo distinto. Bajo ese aspecto son meras formas la posibilidad y la contingencia, y cada una lo es, de suyo, como disyuntivamente opuesta a la otra, como postulándola, a su vez, desde esa su oposición. b) Dada su co-incidencia, a pesar de la diferencia antes indi­ cada, ambas constituyen en cierto modo una unidad. Siendo dos formas, constituyen conjuntamente la forma en que lo real se expre­ sa, su exterioridad. Conviene recordar que ésta representa nada menos que la energía, la actualización de lo real. El término, subra­ yado además, aparece aquí en su significado fuerte. Si antes hemos dicho que Hegel va a concluir en una cierta relativización de la posi­ bilidad y de la contingencia, esto se produce, cosa habitual en él, acentuando al máximo sus virtualidades. Si lo real es en cuanto reve­ lación de sí mismo, si ésta llega a su culminación en la exterioridad, la posibilidad y la contingencia representan, como exterioridad, la forma como se revela o manifiesta lo real, su energía y actualiza­ ción. Y, sin embargo, al igual que son sólo formas, son también sola­ mente exterioridad, aspecto bajo el cual remiten a algo distinto de ellas mismas, al contenido. c) Una cosa es que se den la posibilidad y la contingencia como formas en que el contenido se expresa, y otra bastante dis­ tinta es la índole, la variación y la concreción de dichas formas. No existen, en rigor la posibilidad y la contingencia, sino que exis­ ten cosas o contenidos posibles o contingentes en un grado o en otro. ¿Pues qué duda cabe que unas cosas son más contingentes que otras, que unas sucumben fácilmente o pronto a su contin­ gencia, mientras que otras ofrecen una resistencia más firme y duradera? Las formas de la posibilidad y de la contingencia son de suyo indeterminadas en este punto. La determinación les viene del contenido mismo como de su fundamento. A éste, pues, hay que recurrir para detectar en qué grado se dan aquéllas. Es lo que se quiere decir con la afirmación del «contenido como fundamento esencial determinante». El contenido determina, pues, el grado y el

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz