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LO ABSOLUTO Y LA REALIDAD 289 «Pero lo real —dice Hegel continuando el parágrafo anterior— en su diferencia de la posibilidad como reflexión-en-sí es sólo lo con­ creto exterior, lo inmediato inesencial» (E, § 144, p. 284). No se considera lo real como una especie de recipiente, en el que están por una parte lo interno y, por otra, lo externo, sino que, partiendo de lo real como «unidad inmediata de lo interno y de lo externo», es lo real mismo lo que se diferencia tanto de lo externo, explicitan- do lo interno en el orden de la posibilidad, como de lo interno, explicitando lo externo en el orden de la contingencia. El que ambas categorías se produzcan como resultado de la autodiferenciación de lo real, explicará que posibilidad y contingen­ cia vengan a coincidir, como veremos luego. De momento interesa retener que, al igual que la posibilidad en su verdadero sentido no es nada al margen de la realidad misma, tampoco lo es la contin­ gencia. Ésta es, como aquélla, una dimensión de lo real concreto. Ahora bien, al igual que lo posible, en cuanto considerado como abstraído o separado de lo real, se revela como inesencial, también lo contingente, como contrapuesto a lo otro, es inesencial. Pero aquí la contraposición ya no se da entre lo contingente y lo real, sino entre lo contingente y lo posible, pues se supone que esto, siguien­ do el razonamiento ya expuesto en § 143, está integrado en lo real concreto. Lo contingente es «lo concreto exterior», en cuanto que tiene su posibilidad fuera de sí mismo, es decir, no en cuanto que no tenga posibilidad en absoluto, pues ya ha quedado claro que no hay ni puede haber nada que no la tenga, sino en cuanto que la posibili­ dad se encuentra fuera de lo concreto, visto no en su conjunto o mejor en su totalidad, sino bajo la perspectiva de la exterioridad. Dicho de otra forma, lo concreto en cuanto privado de lo que repre­ senta la interioridad como reflexión-en-sí, aparece como desvincula­ do de la serie de mediaciones a las que debe su posibilidad. Es por ello algo inmediato —en cuanto que lo real es unidad inmediata—, pero inesencial, en cuanto que la inmediatez se muestra como des­ conectada de la mediación. Lo concreto real se revela, pues, de esta forma como exterior, superficial, inesencial. A continuación Hegel hace ver la coincidencia de esa exteriori­ dad inesencial con la interioridad, también inesencial, lo cual, en este orden en que nos encontramos, significará la coincidencia de

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