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LO ABSOLUTO Y LA REALIDAD 285 tidad de la esencia, su no-contradicción. Es posible todo y sólo aquello que no se contradice. Ahora bien, lo real, visto en su con­ creción, no es pensable sino como determinado y, en este aspecto, como relacionado con lo opuesto, contrario y aún contradictorio. La insistencia y la fuerza con que Hegel acentúa esta convicción hace pensar que le va en ello algo muy importante. Y de hecho estamos tocando un punto medular del sistema: «Según el primer lado, puramente positivo, la posibilidad es... la pura determinación de forma (Formbestimmung) de la identi­ dad consigo mismo, o sea la forma de la esencialidad. Así es el receptáculo carente de relación, indeterminado, que puede conte­ ner todo en general. En el sentido de esta posibilidad formal es posible todo lo que no se contradice; el reino de la posibilidad consiste, por consiguiente, en la ilimitada multiplicidad. Pero cada múltiple está determinado en sí y frente a otro, y tiene en sí la negación; en general la diversidad indiferente pasa a la oposición; pero la oposición (Entgegensetzung) es la contradicción (Widers- pruch). Por consiguiente, todo es también contradictorio y, por tanto, imposible» (WL II, 171-481). En mi opinión lo más significativo de este texto es la expre­ sión: «tiene en sí la negación» (hat die Negation an ihm). Ésta remi­ te, en efecto, a la «negación determinada», en la que Hegel sintetiza lo más importante de su método (cf. Ph, 68-55). Teniendo esto en cuenta, puede evitarse el malentendido, que una superficial lectura del texto podría sugerir y aún apoyar. Según la interpretación que estoy proponiendo es preciso dis­ tinguir netamente entre dos consideraciones de la posibilidad. Una de ellas consiste en ver la posibilidad como una especie de «reino» aparte, desde el que se pudiera decidir sobre el significado y alcan­ ce de la realidad misma. Es ésta una consideración abstracta en el sentido de vacía e ilegítima. A primera vista, sin embargo, Hegel al hablar de «posibilidad formal» estaría refiriéndose a esa posibilidad. No es así, puesto que la posibilidad formal es, como ya se ha indi­ cado, una dimensión real de la realidad concreta, mientras que la posibilidad meramente abstracta no entra a formar parte de ésta. O dicho de otra manera, supuesto que la posibilidad implica identi­ dad o no-contradicción, cabe quedarse en esa mera no-contradic- ción —es lo que Hegel rechaza, como lo rechaza igualmente Kant

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