PS_NyG_1997v044n003p0237_0316
LO ABSOLUTO Y LA REALIDAD 281 «puestas» (gesetzte). Lo paradójico está en que, teniendo ese carác ter de apariencia, se afirmen en su diferencia. Esto va a contrapelo del lenguaje corriente, en cuanto que el término «apariencia» sugiere algo así como inconsistencia. Sin embargo, la fuerza de lo real está justamente, como ya hemos visto, en que el aparecer se reafirme como aparecer. Análogamente «ser-puesto» tiene, en la concepción de Hegel, un rango ontologico superior al de ser sin más, ser-en-sí o incluso la mera esencia. No me parece por ello aceptable la opi nión de Leonard, para quien «si la realidad es el desarrollo de estas determinaciones, no lo es sino relativamente y en subordinación a la nueva unidad que la define como realidad» (246). Esto supondría, en efecto, una neutralización del alcance de la diferencia. Ello impli caría igualmente y en la misma medida una devaluación de la posi bilidad y de la contingencia. Veremos que no es así. Por último, llama la atención que Hegel hable aquí de desarro llo (Entwicklung), porque de suyo esto es lo que caracteriza las categorías del concepto, frente a las características del ser (Überge- hen) y de la esencia (Scheinen in Anderes). De nuevo frente a Leo nard (ibid.), quien ve en ello una confirmación del carácter subordi nado que tendrían las categorías de la modalidad, opino que el recurso al término «Entwicklung» alude justamente a lo contrario: no a la índole meramente relativa de aquéllas, sino a que en este orden la esencia está an ticip and o ya de una forma clara la estructura del concepto mismo, en el sentido de que se patentiza algo así como el poder soberano de la esencia frente a sus propias determinaciones, en virtud precisamente de la índole de éstas. Pues en esto consiste lo relevante y paradójico de la esencia en este orden: en que a tra vés de la incesante producción y destrucción de sus modos, se rea firma plenamente a sí misma. En este sentido la diferencia respecto de Spinoza es manifiesta. Mientras que según éste la sustancia es concebible sin los modos, pero no al contrario, para Hegel ni la sus tancia se puede concebir sin los modos, ni al contrario. Pasa luego Hegel a caracterizar la posibilidad de la forma siguiente: «Como identidad en general (la realidad) es por de pronto la posibilidad —la reflexión-en-sí, la cual, en cuanto opuesta a la unidad concreta de lo real, está puesta como esencialidad abs tracta e inesencial. La posibilidad es lo esencial para la realidad,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz