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LO ABSOLUTO Y LA REALIDAD 275 «reflexión-en-otro» es afín a «lo externo». Puesto que la existencia surge de la esencia como de su fundamento, lleva en sí ese movi­ miento de la mediación, es ya en sí un proceso de automediación; en el provenir de otro y en el proyectarse en otro la existencia se encuentra y se realiza a sí misma. Y bajo este aspecto la existencia es fenómeno o aparición, acción de manifestarse. Sin embargo, ni la mediación ni la manifestación llegan al grado de transparencia que posee la realidad. La inmediatez prevalece sobre la mediación, y por esta razón Hegel no dice de ella que sea una «unidad inmediata que ha llegado a ser», es decir, una inmediatez que se ha fundido con la mediación y que se transparenta en ella. Es simplemente «uni­ dad inmediata». En cuanto que la inmediatez no se realiza en la mediación «no puede soportar el peso de la contradicción y termina por sucumbir» (Leonard, 243), está a merced, por así decirlo, de lo otro, en lo cual no sólo aparece o se manifiesta, sino que se pierde. La consistencia que tiene es más bien extraña, se debe paradójicamente a su propia inconsistencia, en cuanto que justo en razón de su finitud la exis­ tencia se ve entregada a otros estados fenoménicos. Debido a tal inconsistencia, lo existente, que se muestra como fenómeno (Ers­ cheinung) en cuanto que es manifestación de la esencia correspon­ diente, «surge del fondo (o fundamento) y se va al fondo» (kommt aus dem Grunde und geht zugrunde, 142, p. 279). Como criterio es esto, cabría decir, lo que marca la línea divisoria entre la simple existencia y el fenómeno, por una parte (la existencia es el fenóme­ no mismo en cuanto surgiendo de su esencia), y lo real, por otra. Lo real, en efecto, es el «ser-puesto» de la unidad de ser y refle­ xión, con lo que se quiere decir que no hay dos cosas, que luego entren en relación, de forma que ésta fuera, aunque esencial, en alguna medida superpuesta a aquéllas, sino que se da la «relación que ha devenido idéntica consigo misma» (das mit sich identish gewordene Verhältnis). Los elementos relacionados —ser y refle­ xión— han perdido de todo punto el carácter de sustrato y no sucumben al movimiento de la negatividad, puesto que no son sino los «momentos ideales del mismo», con el significado preciso de expresar, en su unidad inmediata, el carácter de identidad que tiene dicho movimiento. Con otras palabras, expresan mediante dicha uni­ dad que el movimiento de expansión no representa un perdimien-

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