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LO ABSOLUTO Y LA REALIDAD 269 y alcance de la «Äusserung» en este contexto, como vamos a com­ probar luego. Esa acentuación de la exteriorización es, por otra parte, patente, en cuanto que si bien Hegel define la realidad como unidad de la esencia y de la existencia, de lo interno y de lo exter­ no, se centra, sin embargo, decididamente en esta segunda relación. Se trata, ante todo, de la unidad de lo interno y de lo externo, enten­ dida además explícitamente, según acabamos de indicar, como exte­ riorización de lo interno. La realidad se define, pues, sobre todo en términos de exteriorización, de expresión. Conviene salir al paso de una dificultad. El dinamismo de la concepción hegeliana se expresa sobre todo en su doctrina de la mediación, que tiene un carácter universal y envolvente. Todo está mediado, incluido el puro ser, entendido como el obligado comienzo de la Lógica y caracterizado como la inmediatez indeter­ minada y abstracta (WL I, 66-77). El ser, en efecto, se revela como «creación» del espíritu (ibid., 55 S.-66) y, en consecuencia, como esencialmente mediado. Aunque al final del comentario hemos de volver explícitamente sobre el tema de la relación entre la inmedia­ tez y la mediación, en un contexto que lo reclama de modo muy directo, conviene dejar ya bien claro que lo inmediato no siempre ha de entenderse como sinónimo de lo dado o de lo estático. En algún caso ciertamente lo es, pero aun entonces se trata de algo a superar, de algo que es sólo un momento y que, en tal sentido, tiene un carácter meramente abstracto. Pero es que en el contexto en que ahora nos movemos la inmediatez tiene el significado de acto, de la «energueia» aristotélica —acto que es además no ya la consecución de un estadio o de una meta, sino actuación explícita. No significa, pues, ser simplemente tal cosa, sino ser tal cosa en cuanto que actúa y se constituye a través de esta actuación. Éste es el significado pro­ fundo que tiene la formulación de Hegel. Pues no se trata sólo de la unidad inmediata de lo interno y de lo externo y al contrario. Se trata de una unidad que ha devenido, que es como resultado del proceso, del paso de lo interno a lo externo. Ello quiere decir ade­ más que sobre tal unidad gravita todo el movimiento de mediación que la precede. Hay otro aspecto que merece igualmente destacarse. Hegel no habla sólo de realidad, sino de lo real, al igual que en contextos paralelos distingue entre la esencia y lo esencial, la mediación y lo

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